Pasaron los días. La vida había ido bien, con Joy pasando tiempo junto a Meg, a veces con la compañía de Bon o Spring. Las cosas estaban tranquilas y Joy no podía estar más que agradecida por eso.
Fue entonces que un día, al término de un ensayo Meg se acercó a Joy.
—Oye Joy, tengo noticias. Spring entró a la escuela.
—¿De verdad? ¡Eso es fantástico!
—Sí, me alegra que por fin tenga la oportunidad que merece. Pero también quería avisarte que puede que falte a unos cuantos ensayos por eso, verás me ofrecí a enseñarle el lugar y a ser su tutora para asesorarlo.
—Oh, no hay problema. Tu has lo que tengas que hacer.
—Bien, entonces nos vemos mañana —Sonrió y se despidió con la mano antes de salir del salón.
Las clases habían terminado desde hace rato. Y tras un arduo ensayo el primero en ire había sido Bon, quien se marchó junto con aquel chico pelimorado de los animatrónicos, últimamente esos dos se habían vuelto muy cercanos. Joy no era ingenua, entendía muy bien lo que pasaba ahí y no podía estar más que feliz por su amigo. La verdad ella también añoraba la cercanía de alguien, pero siempre que intentaba imaginarse con alguien en escenarios románticos, como... escaparse de clases para ir por un helado o montar un picnic en la entrada de un lindo bosque, tomarse de las manos mientras corrían por las calles grisáceas en un día lluvioso, fuera el escenario que fuera siempre era la misma persona la que estaba a su lado.
Hablando de lluvia, había comenzado a llover hace un par de horas atrás. Por mucho que Joy amase las tardes soleadas con cielos limpios y azules tenía un lugar especial en su corazón para los días lluviosos, simplemente había algo reconfortante en ellos, una tranquilidad que cubría todo.
Se acercó a la salida de la escuela y espero bajo el techo de las escaleras a qué fueran a recogerla. Y en lo que llegaban ella se puso a contemplar su alrededor, frente a la escuela habían varios edificios y casas, algunos más grandes que otros. Y también cerca había una tienda a la que los estudiantes solían escapar cuando no querían comer lo que la escuela les servía, recuerda haber ido con Meg una vez durante un receso en el cual a ninguna de las dos les gustaba la comida del día, así que fueron hasta allí —cuidando que ningún maestro o prefecto las viera—. Al llegar pudieron ver a más estudiantes relajándose ahí mientras hablaban y esperaban su turno para comprar. Viendo lo llena que estaba ambas fueron a sentarse en la banca de afuera. Platicaron un poco acerca del evento de primavera, de las clases y de como iban las cosas en sus vidas personales. Había sido un momento tranquilo que Joy recordaba con calidez.
Salió de sus pensamientos al escuchar el sonido de una bocina, levantó la mirada para encontrarse con una limusina estacionada frente a la escuela, de allí bajó una mujer trajeada cargando un paraguas grande dirigiéndose a las escaleras. Joy se levantó y se acomodó la mochila para acercarse.
—¿Cómo le fue hoy señorita Joy?
—Bastante bien Gina, gracias por preguntar.
Ambas subieron a la limusina la cual comenzó a avanzar entre las calles encharcadas, Joy apoyó su mejilla en la ventana helada mientras miraba las borrosas luces de las farolas y los otros autos que pasaban por su lado. Entonces cerró los ojos un momento y se dedicó a escuchar la lluvia. Su suave golpeteo le trajo calma y estabilidad. Tal vez el mundo estaba rodeado de luz y amor incluso en sus días más grises, tal vez aquella tranquilidad en su alma le avisaba que todo estaría bien y que incluso había una oportunidad para ella de amar, y de ser amada también.
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She likes a Boy [Megoy] Fnafhs
FanfictionEstaban sentadas en el autobús escolar. La conversación era amena, el ambiente cálido a pesar del aire fresco mañanero, y ella tan perfecta. Todo era perfecto. Hasta que se pusieron a hablar de chicos. Meg habla de lo alto que Spring es. Ahora Joy e...