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Un niño caminaba por las concurridas calles de Tokyo-2, ya era de noche, y el pequeño de no más de 6 años caminaba sin rumbo, una expresión de preocupación y miedo en su rostro era visible, mientras se aferraba a un antiguo reproductor de música, abrazándolo contra el.

Estaba solo, eso era evidente, sin ningún adulto que lo cuidara, más sin embargo, a ninguna persona alrededor parecía importarle, hundidos en sus propias vidas, centrados más en regresar a casa después de largas jornadas laborales.

La razón del por qué vagaba solo era simple, había escapado de casa, bueno, "casa", ¿podía llamarse asi a un lugar al cual no pertenecía? Un maestro cuidaba de el, siendo su tutor, pero el no quería eso, quería a su verdadero padre, pero eso no era posible...

Sus pies siguieron moviendo por un tiempo más, entrando cada vez más y más profundo a las calles peligrosas de la ciudad, un lugar equivocado para un infante, pero eso el no lo sabía.

Mirando hacia una dirección, vio un callejón, erróneamente pensando que era un atajo que a veces solía tomar con su tutor, en su confusión, entro a este, sin saber que su vida estaba a punto de cambiar.

Dando unos cuantos pasos por la oscura locación, hasta que sus oídos captaron un ruido en especifico entre toda la contaminación auditiva de la ciudad, eran... ¿golpes?

Su movimiento se volvieron más lentos, con evidente miedo al darse cuenta de su error, entre toda la oscuridad, parecían personas, golpeando algo... o a alguien.

Lentamente, el niño comenzó a retroceder para irse de ahí sin ser visto, pero para su mala suerte, en su retirada piso una botella rota, lo que causó que el vidrio se rompiera aún más, llamando la atención de los tipos frente a él, los cuales eran al menos 5, los cuales, dejaron de hacer daño a la pobre victima, la cual al parecer tenia su boca amordazada.

-¿Uh? ¿Quién anda ahí?-

-Tranquilo, es solo un mocoso.-

-¿Qué hace un niño solo a estas horas?-

-Yo que mierda se.-

-Vamos a deshacernos de el, podría traer problemas.-

-¿En serio hombre? ¿Un niño?-

-Bah, peores cosas has hecho...-

El infante solo trato de seguir retrocediendo en miedo, pero sus piernas no le hicieron caso, viendo como uno de ellos se acercaba a él, lágrimas amenazaron salir de sus ojos, con miedo de que si gritaba su destino fuera aún más doloroso.

-Lo siento amiguito, nada personal, pero no testigos...-

-Espera.-

Una nueva voz se presentó, causando que el hombre parara, mirando hacia una caja de madera que estaba en las sombras, donde había otro hombre sentado que el mas pequeño no había visto antes.

Era de tez clara, cabello largo con mechones teñidos de rubio, usando lentes redondos, con un cigarro en la boca, y a pesar de estar sentado, podía notarse su prominente altura, mientras un tatuaje de un estilo tribal se extendía por su brazo y pierna derecha.

-¿Jefe? ¿Qué pasa?-

El nombrado como líder de aquellos hombres no hablo, solo sonrió perezosamente, simplemente se puso de pie, acercándose a los demás, y haciéndole una seña al niño para que se acerca a él, el cual aún con miedo, hizo caso.

-Mocoso, ¿qué piensas de los tipos malos?-

¿Tipos... malos? El pequeño se quedo en silencio, aún sin la confianza de hablar, pero a pesar de su corta edad sabía que la situación no era la mejor, arreglandoselas para hacerlo.

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⏰ Última actualización: Oct 07 ⏰

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Evangelion: Orquídea.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora