tertius

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Dedicado a marimariar88 & mimi_chestt

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Sergio se separó, mirando a la cosa que vibraba una y otra vez en la mesilla de noche

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Sergio se separó, mirando a la cosa que vibraba una y otra vez en la mesilla de noche. Él miró a Max, que miraba al teléfono, su mandíbula apretada. Él estaba claramente desgarrado.
Sergio se quitó.

—Puedes responder.
Los ojos de Max se abrieron de par en par, y miró a Sergio, su boca ligeramente abierta antes de que recuperara el control, sacudiendo su cabeza.

—No, nosotros estamos bien.
―Tú tienes negocios en marcha. Está bien. Lo entiendo. Las personas van a necesitarte para que las cosas se mantengan funcionando.

Sergio apenas tenía tiempo para sí mismo cuando él estaba llevando su propia compañía, tan pequeña como era. Antes de que la compañía de Max le hubiera echado fuera del negocio, es decir.
El teléfono continuó vibrando, y Max miró del teléfono a Sergio y al revés.
Sergio retrocedió definitivamente, él estaba desilusionado. Bueno, principalmente desilusionado, si él iba a ser honesto sobre esto. Pero si trataba de ponerse a sí mismo sobre lo que hacía a Max ser quién era, él iba a alejar al hombre.

Max alcanzó el teléfono.
Sergio se giró y alcanzó la manta, cubriéndose con ella.

Max la agarró y la arrancó del regazo de Sergio.

―¿Qué verga?—Sergio espetó.

Iba a pedir explicaciones, cuando vio a Max poner un dedo en sus labios y pulsar el botón de descolgar.

—Estoy ocupado aquí. Más vale que sea bueno.

Max caminó hacia el otro lado de la cama, inclinándose sobre Sergio, con esa mirada en sus ojos.

―Yo... qué estás...
Max puso su dedo fuertemente sobre su labio otra vez, y esta vez Sergio entendió. Max no había terminado con él.

―Uh-huh, ¿y por qué eso es exactamente un problema?—Max se inclinó y presionó un beso en la garganta de Sergio.
El enrojeció. Había oído de personas jugueteando cuando su compañero estaba al teléfono, pero él nunca lo había hecho.

―Charles, tú puedes encargarte de ello un poco más de tiempo, ¿no es así? Acabo de salir, literalmente, de la ducha.

La mano libre de Max alcanzó la polla de Sergio. Y como pudo reprimió un grito apagado mientras su compañero le acariciaba. Charles era la otra mitad de la compañía de Max, y puesto que Sergio estaba bastante seguro de que no le gustaba al tipo, él no estaba de ánimo para echar más leña al fuego.

La Mascota Ronroneante del Multimillonario [LIBRO DOS] [Chestappen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora