[ Prólogo ]

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7:00 am 

Desperté de nuevo, como todos los días pensando que debía ir a la maldita universidad de nuevo. No soportaba sentir esa pesadez sobre el cuerpo, la forma en la que ni siquiera podía abrir mis ojos para ver el sol. Simplemente era mi parte menos favorita del día, sin duda alguna.

— Diablos, Audrey. – dijo aquel chico insoportable que podría llamar "mi hermano" entrando a mi habitación con desespero para luego lanzarse sobre mi cama.

— ¿Acaso duermes todo el día? – dijo moviendo su cuerpo hacia el lado para verme directamente a los ojos mientras reía.

— ¿Podrías por lo menos un día actuar como un hermano normal? – dije desesperadamente para luego lanzarle a la cara una almohada.

— Sé que prefieres que sea así, ¿o quieres que me vuelva un aburrido chico que te odia? – dijo poniendo una cara triste, obviamente era sarcasmo, que te puedo decir, este chico lo que más sabe es de sarcasmo.

— Vete. Necesito cambiarme. – dije riendo levemente para luego levantarse y meterse a la ducha sin pensarlo mucho.

Bueno, ¿qué les puedo decir? Mi vida es demasiado aburrida como para contarla, pero para meterle un poco el contexto de mi vida. Soy Audrey Evans, como ya saben, mi vida se basa en despertar, y dormir. No soy la típica hija que cualquier padre o madre querría, pero es lo que hay. Puedo decir que no soy la misma desde que mi padre no está. Se fue hace unos años, cuando era muy pequeña, nunca olvidaré ese día, fue horrible. Pero bueno, ¿para qué recordar lo que no me ayuda en nada?

Hoy es un día aburrido pero tendremos algo de diversión, hoy saldré con mi mejor amiga Camille, iremos a una fiesta de por ahí. La verdad no tengo la menor idea de quién está a cargo de la fiesta, pero... tampoco me interesa demasiado. En fin, lo más interesante de la fiesta no es el alcohol o la música. No es una fiesta cualquiera. Lo mejor es que hay carreras de autos. ¿No es increíble?

Tengo un gusto bastante grande por las carreras de autos y los retos extremos. Mejor ni menciono este tema frente a mi madre, tal vez me asesine por lo que hago. Pero, ¿a quién le importa eso? Es divertido y sobre todo arriesgado.

A este punto deben preguntarse, ¿acaso no tengo un noviecito?

Pues lamentablemente, sí lo tengo. ¿Por qué es lamentable? No es como que él y yo nos amemos de verdad, y menos que tengamos una relación muy buena. Se puede decir que estamos juntos porque ambos somos los "rebeldes y populares"

Que aburrido es estar con él. Estar con alguien por apariencia lo único que hace es hacer tu vida más miserable. Lo digo por mí, obviamente.

Pero no solo eso, estamos juntos porque nuestros padres son amigos y siempre quisieron que fuéramos pareja. Más que todo por mantener a las empresas de mi madre en alto con su reputación. Bff, demasiado aburrido.




— ¡Señorita Evans! Hasta que apareces, ya hasta había pensado que no ibas a venir, y peor aún, que no ibas a acompañarme a la carrera. – se acerco aquella chica pelirroja para abrazarme.

— ¿De verdad crees que me perdería algo tan importante como una carrera? Y obvio, no te dejaría sola, KeiKei. – mantuve el abrazo que Camille me había dado para luego alejarme con cuidado y darle una sonrisa llena de emoción.

— Sé que no me dejarías, pero tienes que aceptarlo, a veces eres como un fantasma, desapareces de la nada y no vuelves hasta que te da la gana. – procede a cruzar sus brazos y reírse viéndome fijamente.

— ¿Es en serio KeiKei? No creo que deberías ser tan... – antes de poder terminar la frase sentí un brazo cruzado sobre mi cintura para acercarme a su cuerpo.

— ¿Cuántas veces te he mencionado que no es necesario que me tomes de esa forma, Nathan. – lo mire con desagrado para luego alejarme de forma cuidadosa pero tampoco de muy buena forma de él.

— Oh, vamos, Audrey. ¿Vas a decir que no te gusta que haga estás cosas? Por lo menos si somos novios, deberíamos actuar como ellos, ¿no? – me mira con estrés y gira la mirada para volver a tomarme de la cintura.

— Natha...

Siempre que intento decirle que me dé mi espacio personal termina haciendo otra de sus acciones tontas para callarme, y está no es una excepción, tomo mi mandíbula cuidadosamente para besarme apasionadamente. No es mucho del que sorprenderse para saber que me aleje de una sola vez de él.

— Suéltame ¿quieres? – me aleje para empujarlo de manera poco brusca.

— Algún día entenderás lo que de verdad implica una relación, Audrey. Pero bueno, me voy, ¿nos vemos está noche? – cruza sus brazos para verme fijamente sin interés.

— Sí, bueno, no pienses que eso será algo bueno para ambos. – desvié la mirada rápidamente para luego irme con Camille de una vez.

— No te preocupes, nena. Será un placer verte en tu carrera. – grito a lo lejos para luego darse la vuelta e irse.



Y no es de sorprenderse, de nuevo volví a ganar la pequeña y simple carrera. Y obviamente el imbécil de Nathan intentó volverme a convencer de acostarnos como siempre. ¿Que acaso es tan difícil entender lo que es un "no"?

En fin, no puedo esperar para volver a competir con otro grupo de imbéciles aburridos que no saben conducir. Como siempre, voy a ganar.


Peligro en la Línea de MetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora