distancia

25 6 0
                                    

Me levanté sin ganas, no tenía ánimo de ir al liceo, pero tenía que ir, po. Tenía dos horas de física y voy como el hoyo en esa materia, si faltaba, me iba a ir peor. No había dormido bien, dándole vueltas a lo que pasó anoche.

Sigo sin saber por qué ando así, weón.

Me arreglé sin ganas y salí sin desayunar. Mi mamá no estaba, había salido más temprano al trabajo. Al salir, vi que Goshiki me estaba esperando afuera.

—¡Hola, Ely! ¿Cómo andai? —dijo con esa sonrisa tan reconfortante que siempre tiene.

Le devolví la sonrisa, pero sin muchas ganas.

—Hola, ¿qué hací aquí? —pregunté, un poco extrañada.

—Tuve que ir a un lado, y me quedaba más cerca pasar por acá —dijo, medio nervioso.

—Ah, ya... —dije, mientras cerraba la reja—. Ando bien... ¿y tú?

—Yo bien, pero te vei media derrotada. ¿No dormiste? —preguntó, empezando a caminar.

—No mucho, la verdad. Pero estoy bien... tal vez me quedo dormida en una clase, no sé —le seguí el paso.

Caminábamos lento, la mañana estaba bien linda, fresquita, y apenas había ruido. Conversábamos tranquilos, pero en ningún momento tocamos el tema de lo que pasó anoche. Eso me calmaba un poco.

 Las dos horas de física pasaron arrastrándose

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las dos horas de física pasaron arrastrándose. No me pude concentrar en nada. Mi mente iba y venía entre lo que había pasado la noche anterior y las imágenes de Semi con esa chica. ¿Por qué mierda me importaba tanto? Intentaba distraerme, pero el nudo en mi estómago no se iba. Cuando sonó el timbre, me quedé un rato más recostada en mi asiento, sin ganas de moverme ni enfrentar el día.

Finalmente, cuando me digné a levantarme, salí del salón y caminé por los pasillos tratando de no cruzarme con nadie. Quería estar sola, pero la suerte no estaba de mi lado. Al girar en una esquina, me topé con el Tendo, y antes de que pudiera reaccionar, corrió a abrazarme.

—¡Ely! —dijo mientras me aplastaba con su abrazo.

—¿Qué querí? —respondí, medio ahogada intentando respirar.

—Goshiki dijo que no andabai bien, así que pensé en invitarte a comer con los cabros po—dijo con su típica sonrisa despreocupada, sin soltarme.

—¿Quiénes están? —pregunté rápido, porque no quería sentarme y que estuviera Semi ahí.

—El Goshiki, Shirabu, Ushijima, y Taichi. Los demás andan haciendo weás —respondió finalmente soltándome.

Di un respiro de alivio. Mientras no estuviera Semi, podría soportarlo.

—Dale —contesté, intentando sonar más tranquila de lo que en realidad me sentía.

Nos sentamos en la mesa del casino, Goshiki me saludó con una sonrisa, pero no era el único que me estaba mirando. Al sentarme, sentí que todos me observaban por un segundo, como si esperaran que dijera algo. Típico cuando sabís que andai medio rara y no querís hablar del tema.

Amor a primer pelotazo | Semi EitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora