❝El batir de las alas de una pequeña mariposa hoy puede originar un devastador huracán dentro de una semana. . .❞
Para Lily-Rose Crawford y su grupo de amigos, la cabaña de los Washington era el escenario más importante de su infancia, el lugar dond...
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2 de febrero de 2014
LILY-ROSE AMABA LAS ESCAPADAS DE INVIERNO A la cabaña de los Washington. Disfrutaba pasar tiempo con sus amigos, lejos de la supervisión de sus padres, pudiendo permanecer despierta hasta el amanecer, durmiendo en el cuarto de Josh y bebiendo hasta perder el conocimiento. Sin embargo, había momentos en los que su batería social se agotaba, y ese momento era uno de ellos.
La adolescente a veces se cansaba del bullicio del grupo. No la malinterpreten, adoraba a sus amigos, pero había momentos en los que podían resultar irritantes para cualquiera, especialmente Jessica, Mike y Emily. Esos tres amaban bromear, y no se detenían siquiera un minuto, llenando la habitación de burlas y risas estruendosas. Era en esos instantes que deseaba un respiro, un rincón tranquilo donde pudiera descansar un poco sus oídos.
Y eso es lo que hacía sentada en la isla de la cocina, el silencio ahí era un alivio bienvenido. Las voces amortiguadas de sus amigos en el piso de arriba se escuchaban a lo lejos, y lo único que podía distinguir bien eran los pasos de estos por todo el piso, pero afortunadamente no le resultaban molestos. Frente a ella, los cuerpos de su Josh y Chris se movían ligeramente sobre el mostrador con sus respiraciones pesadas, inconscientes por el alcohol. Era casi cómico verlos así, por lo que no pudo evitar sacar su teléfono y tomarles una foto.
—Directo al chat grupal. —Murmuró sonriente mientras enviaba la foto al grupo con la descripción "Algunos no saben cuándo detenerse 😜🍷". El único que le respondió en ese momento fue Matt, quien simplemente envió un emoji llorando de la risa.
—Oye, ¿viste eso? Papá dijo que estaríamos solos el fin de semana. ¿Josh? —La voz de su mejor amiga la hizo apagar su teléfono para poder prestarle atención. Beth también estaba ahí con ella, solo que mirando por la ventana hacia afuera de la cabaña.
—Está demasiado ebrio, no te responderá. —Recordó Lily-Rose, moviendo a Josh con su mano, pero este simplemente emitió un gemido molesto antes de seguir durmiendo. La chica soltó una suave risa, acariciando el cabello del chico. —¿Qué viste?
—Vi algo afuera.
—Tal vez sea un ciervo, o, muy a nuestro pesar, un oso. —Bromeó la adolescente, haciendo bufar a su amiga. —Es broma, tranquila. Probablemente no sea nada, estamos seguros aquí adentro.
Beth decidió ignorar lo que creía haber visto antes de caminar hacia la isla donde estaba Lily-Rose, dispuesta a ponerse al día y aprovechar que las únicas personas cercanas parecían ajenas incluso a la tormenta que se escuchaba fuera de la casa.
— ¿Qué sucedió con Josh hace rato? ¿Por qué discutieron? —Murmuró Beth, en un intento por no despertar al mencionado.
Lily-Rose desvió la mirada, sintiendo un leve rubor subir por sus mejillas. No quería revivir el momento incómodo que acababa de tener con Josh.
