—¡Maldita sea, Seungcheol!
El golpe en la cama provocó que el muchacho abriera los ojos mientras una punzada en la cabeza lo hizo querer gritar.
Sus ojos cafés se enfocaron en la luz, encandilados. Había estado sumergido en la oscuridad por dos días. A su lado se encontraban Beomju, un hombre a quien no solo consideraba su entrenador, sino también su padre, su hermano Chan y Nayeon, su novia y médica personal.
Llevó su mano libre de la cánula del suero a su cabeza y comenzó a reír al recordar el motivo por el cual había terminado en esa cama de hospital.
Ese sábado había perdido el título del mundo de kickboxing. Kim Mingyu, su acérrimo contrincante, lo había vencido en el segundo round. ¡Fantástico! Ahora era el hazmerreír de ese infeliz. Se había jurado a sí mismo derrotarlo, mantener su corona, pero los golpes de Mingyu habían sido contundentes, oportunos y letales.
Aunque ese no había sido el motivo por el que había terminado allí.
Lejos de eso, la fiesta que vino después había dejado su cuerpo al borde del colapso. Choi Seungcheol era un gran peleador, pero su disciplina se iba al demonio cuando el alcohol entraba en juego. Esa noche el vodka había corrido como agua. Las mujeres, que no se habían resistido al tipo, también habían jugado un rol importante en su estado.
—Beomju, Chan, ¿me dejarían con él a solas? ¿Por favor?
El hombre y el chico se movieron de su lugar, y Nayeon se quedó junto a su pareja en esa habitación de hospital.
—¿Cuándo comenzarás a pensar con el cerebro?
—¿Cuándo dejarás de meterte en lo que no te importa?
Nayeon era paciente, siempre lo había sido. Seungcheol abusaba de esa confianza, del amor y la dedicación que la mujer le profesaba.
—Soy tu médica, no solo tu novia. He esperado por dos años que tengas en cuenta mi opinión, que escuches.
—No, cariño, tú no deseas que escuche, buscas imponerte, y estás equivocada. Soy un alma libre. Si no lo entiendes, allá tú.
La pelirroja sonrió. Sus ojos se llenaron de lágrimas de ira y dolor.
—Te amo, Cheol. ¿Eso significa algo para ti?
—¿Amor? ¿Para qué quiero tu amor? Nayeon, estás aquí porque eres una gran profesional y, debo reconocer, bastante buena en la cama.
—Eres un hijo de puta.
—¿Lo soy? ¿o eres la ilusa que cree que con un par de lágrimas puede comprarme y torcer mi voluntad?
—Seungcheol —la mujer cuadró los hombros y se endureció—, no tienes nada. Perdiste tu título. ¿También vas a tirar a un lado a la gente que te quiere?
El hombre se sentó en la cama y agarró el celular para buscar las noticias de su derrota. Lo que habían dicho, la forma en que se reían de él.
—Haré que Beomju pida la revancha.
—Seungcheol, tienes una fisura en dos costillas y una pierna quebrada. Lo lamento, la revancha no ocurrirá pronto.
—¿Cuánto tiempo?
—Hay que evaluar si...
—¡¿Cuánto tiempo?! —su voz tronó, y no hubo nadie en ese hospital que pasara por alto ese grito.
—Por lo menos seis meses. Si no, más... Lo lamento.
—¿Lo lamentas? ¿Se puede saber por qué se rompió con tanta facilidad? Me prometiste que la pierna no me fallaría esta vez.
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My Obsession "Jeongcheol"
FanfictionAdaptación +18 "El deseo amenaza con poseerlos y, una vez que lo haga nada volverá a ser igual"