Una tragedia hace que Mia Vásquez se mudé de su hogar al otro lado del continente, haciendo que conozca a alguien especial para ella. ¿Encontrara sentimientos por esa persona? ¿Podrá vencer los traumas?
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"Siempre estaré aquí para ti"
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– Javon Walton — –Atlanta/Georgia–
Le pegaba al saco de boxeo una y otra vez, mientras me movía con agilidad a los lados, mis músculos trabajando en armonía. Mi padre sostenía el saco con firmeza para que no se moviera, observando con orgullo mi entrenamiento. Sus ojos brillaban con entusiasmo, y su sonrisa me daba fuerzas.
–¡Más fuerte, Javon!–gritaba mi padre, animándome. Su voz era como un combustible que me impulsaba a darlo todo.
Aumenté la intensidad de mis golpes, sudando y gruñendo con cada impacto. El saco se sacudía bajo mis puños, pero mi padre lo mantenía firme. Me sentía vivo, conectado con mi cuerpo y con mi pasión.
–¡Eso es!– exclamó mi padre, sonriendo –Tienes que mantener la concentración y la fuerza en cada golpe– Su aprobación me llenaba de orgullo.
Me detuve un momento, jadeando, y miré a mi padre. Sus ojos se encontraron con los míos, y sentí una conexión profunda. En ese momento, sabía que estaba haciendo lo que debía hacer.
Mi padre se acercó y me puso una mano en el hombro.
–Estás listo para el próximo nivel, Javon– dijo, su voz llena de confianza. –Estás listo para enfrentar cualquier desafío.–
Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Mi padre creía en mí, y eso era todo lo que necesitaba.
–Ahora vamos a hacer esparring– dice mi padre, sonriendo con entusiasmo. –Es hora de poner en práctica todo lo que has aprendido.–
Me pongo los guantes y la mouthguard, y nos enfrentamos en el ring. Mi padre y yo empezamos a hacer esparring, moviéndonos con agilidad y velocidad. Los minutos pasan rápidamente mientras intercambiamos golpes y combinaciones.
–¡Mantén la guardia!– grita mi padre, mientras me lanza un gancho.
Me esquivo y respondo con una cruz, que mi padre bloquea con facilidad.
–¡Bien!– exclama –Tu defensa está mejorando.–
Continuamos el esparring, sudando y gruñendo con cada golpe. Mi padre me presiona, buscando encontrar mis debilidades, pero estoy listo. Me muevo con rapidez, esquivando y contraatacando.
De repente, mi padre me lanza un uppercut que me hace tambalear. Me recupero rápidamente y respondo con una combinación de golpes que lo hacen retroceder.
–¡Eso es!– grita mi padre, sonriendo. –Estás mostrando tu verdadero potencial.–
El esparring continúa, y siento que estoy mejorando con cada minuto que pasa. Mi padre me está enseñando a ser un verdadero boxeador, y estoy agradecido por su guía y apoyo.
