Ese instinto indomable
a veces lo amaba, pero igual lo odiaba,
no me daba cuenta,
pero me obligué a azotarte sin querer.Esa tarde te mostraste hostil, cansado,
ninguna palabra salia de tus labios agrietados,
pero yo sé que ya estabas harto de mi.
ya no querías saber nada más de mi.No sufres más ya,
porque ese sufrimiento me lo entregaste y lo dejaste en la puerta de mi corazón
porque era tu regalo para decirme que ahora era mi turno.Quiero olvidarte, no recordarte,
deseo profundamente lanzar tu recuerdo en el risco del olvido...-Aft.
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Antología: Poemas y devociones
PoesíaTengo bastantes poemas, y me gustaría compartirlos con ustedes;)