Carta 7

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11 de diciembre de 2023


No sé si recuerdas una canción que te envíe en una de aquellas veces en que solíamos compartirnos canciones. La canción se llama "Sit down beside me" de Patrick Watson. Es muy probable que sí la recuerdes, puesto que yo recuerdo que compartiste un fragmento de la canción en una de tus fotografías de perfil en Facebook. Esa canción es como si tuviera escrito tu nombre. Es inevitable no pensar en ti cuando la escucho, cuando sale en la reproducción aleatoria de mi Spotify o cuando escucho la playlist que hice para ti y nunca tuve el valor de enviar.

Te compartí muchas de mis canciones favoritas, y no me arrepiento por ello. Tú también me compartiste algunas de tus favoritas y lo agradezco. Escuchar esas canciones me permitió conocer un poco más acerca de tus gustos musicales.

Es increíble como a partir de la música podemos conectar con las personas. Sé cuánto amas la música y tocar la guitarra. Te lo dije en varias ocasiones, soy tu fan. Admiro tu habilidad para componer canciones y tu habilidad para hacer covers de tus canciones preferidas. Todavía conservo la melodía de tu autoría que me compartiste para que yo escribiera la letra. Sí lo hice. No te lo dije, pero sí escribí la letra para la canción. No te la envié porque ahí estaban escritos, implícitamente, mis sentimientos por ti, y lo que menos quería era que las cosas se tornaran incómodas.

También sigo conservando el video que me enviaste de ti, tocando y cantando una canción de Ramona. Sentí bonito al verlo. Lo consideré como un gesto muy lindo de tu parte y atesoré la emoción que experimenté cuando lo vi por primera vez. Debo admitir que no lo he vuelto a ver desde hace ya tiempo. Es muy probable que si lo vea se me salgan las lágrimas y sienta unas ganas inmensas de abrazarte.

Ojalá te sentaras a mi lado, una vez más, y platicáramos de todo y de nada al mismo tiempo. Ojalá te hubieses quedado un ratito más en mi vida. Pero entiendo que todos tomamos decisiones por muchas razones, y una de tus decisiones fue alejarte de mí. Lo entiendo. Me ha costado mucho aceptarlo, pero lo he logrado, he aprendido a soltarte, a dejarte ir, a no aferrarme a los recuerdos que tengo contigo y lo he logrado. Estas cartas son una muestra de ello, son mi manera de dejarte ir.

Cartas en un frasco ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora