Souls in Teyvat

Capítulo 1: La molestia llegó

En la gran tierra de los Narukami, los siglos pasan sin cambios....

O eso era lo que se suponía que iba a pasar.

En uno de los clanes más nobles, que servía directamente bajo las órdenes de la propia Shogun, los gritos de un recién nacido sonaron fuertes y claros, despertando a todos.

"¡Mire señora! ¡Es un niño! Mire sus cejas en forma de espada, sus ojos rebosantes de inteligencia dispuestos a desafiar las leyes de este mundo, con una piel de jade que es motivo de envidia incluso para las mujeres más bonitas, su alma rebosante de confianza dispuesta a desafiar al mismísimo cielo y..."

¿De verdad pensaste que así es como se suponía que iba a ser esta historia?

No, no, te equivocas. Esta es la historia de un niño que nace en un hogar humilde en una tierra gobernada por un tirano que puede convertirte en carbón con un pensamiento. Él no es el elegido, no tiene linaje de un mundo superior y definitivamente no es una persona reencarnada que CONVENIENTEMENTE sabe todo sobre este mundo.

Si bien es guapo y tiene ojos especiales, no podrá derrotar a ningún hilichurl. Le asusta un jabalí y, si bien es guapo, es demasiado directo para poder coquetear sutilmente con la mitad femenina del mundo.

Esta es la historia de Kenshin y los problemas en los que se meterá con su cerebro tonto y su gran boca.

— — — —

"¡Waaaaaah!", gritó el bebé nada más nacer. Ningún médico tuvo que darle una palmada en la espalda o en el trasero, era casi como si estuviera esperando a nacer para fastidiar a todo el mundo.

"Mira Mio, es un-"

"¡Waaaaaaaah!", el bebé ni siquiera dejó que el nuevo padre le diera la noticia a la exhausta madre.

El padre, cuyo nombre era Yahiko, sintió que se le apretaba la sonrisa. ¿Se suponía que todos los bebés lloraban tan fuerte? Se mareaba solo de oír llorar a su hijo.

"Déjame abrazarlo por favor-"

"¡Waaaaaaa!", el niño incluso interrumpió a su madre, tal audacia era inaudita.

"¿Estás seguro? Estás muy débil y él está haciendo tonterías", preguntó el padre preocupado.

"Sí, quiero abrazarlo", dijo Mio con una débil sonrisa.

"Si eres su-"

"¡WAAAAAAAAAH!", gritó el bebé aún más fuerte, parecía haber nacido en este mundo solo para hacer enojar a todos. Ya no lloraba, gritaba activamente.

De pronto, Yahiko sintió que quizás comprar algunas hierbas para evitar que Mio se embarazara podría haber sido una buena idea. No lo malinterpreten, él amaba mucho a su hijo, pero ya estaba cansado de oírlo llorar. El bebé llevaba 5 minutos en este mundo y su padre ya estaba pensando en alguna razón que pudiera usar para dejar al niño con sus abuelos por un tiempo.

"Tranquilízate hijo mío, deja que tu madre te abrace", le dijo Mio con ternura al bebé mientras lo abrazaba suavemente.

¡Y el milagro ocurrió! Yahiko no pudo evitar conmoverse al ver cómo el bebé, al que decidieron llamar Kenshin en honor a un legendario samurái que luchó durante el Cataclismo hace 500 años, dejó de llorar y miró a su madre con curiosidad en los ojos.

Tal vez la frase "el vínculo entre una madre y su hijo es especial" tenía algo de verdad después de todo. Yahiko miró la conmovedora escena y se juró a sí mismo que protegería...

*Bofetada*

Mio y Yahiko no pudieron evitar observar cómo Kenshin le daba una bofetada en la cara a Mio, dejándole una huella roja. ¿Qué tan fuerte podía ser un bebé? Y, sin embargo, la marca en la cara de Mio les decía que, en efecto, era bastante fuerte.