Empaco todo en mi maleta y abro la ventana para poder saltar, caigo al pasto del patio y escucho los pequeños ruidos de los gatos de mi padre ya que son sus animales favoritos.
Comienzo por correr para llegar hasta la cerca que ya manipulé hace unos días para mi salida, empujo el alambrado y paso todo mi cuerpo por el pequeño hueco. Me coloco el gorro ocultando mi cabello y corro por toda la calle hasta llegar al auto de mi amiga Gina.
—Vamos.
Trepo en segundos y me comienzo a cambiar.
Esta noche estoy segura de que voy a encontrar las respuestas que tanto quiero.
Me coloco la peluca de color castaño oscuro, me quito la ropa de combate negra y me adentro en el vestido lila, me calzo las zapatillas de tacón para luego comenzar a maquillarme.
—¿Tienes el perfume? Echate muy bien para que tu esencia se intensifique, la persona a la que se lo compré me dijo que funciona bastante bien y es lo que necesitamos para que consigas tu objetivo.
—Sí, aquí lo tengo, tenemos que ser rápidas.
—Lo sé, estaré esperando abajo para nuestra escapada.
Tomo el perfume que solo se trafica con gente especial, vampiros.
Es un perfume especial que al ser humana activa más tu esencia y te hace apetecible ante todos los vampiros.
Me coloco el cinturón alrededor del muslo para meter la pistola que me aseguro de que venga cargada.
Mi padre fue antiguo general, un militar hecho y derecho, cuando su imperio cayó abrió una empresa de armas que administró con ayuda de un buen tipo que sabe todo de números, Ashen Nightthorn, sin embargo, fue la misma empresa que dirigió desde casa mientras me mantenía encerrada con él.
No sé mucho de su historia, mi padre es un autentico ruso.
Frío y sin sentimientos.
Debido a todo lo que él sabe me ha proporcionado armas y el conocimiento adecuado para manejarlas. Y por supuesto, gracias a todo lo que he aprendido pude seguir el rastro de la persona que me puede ofrecer las respuestas que necesito y que mi padre siempre se ha negado a darme.
Llegamos al club, una extensa casa que parece mansión.
Salimos del auto con nuestra invitación en la mano, nos colocamos los antifaces y caminamos hacia la entrada donde ya hay dos grandes filas. Aquí vienen humanos por su voluntad para ofrecerse como alimento para los vampiros, su veneno se dice que es adictivo, te hace entrar en una especie de cuarto lleno de alucinaciones.
Es como drogarse.
La otra fila es la que más rápido avanza, son vampiros.
Me aferro a mi bolso, estamos en octubre, esas temporadas de terror, no obstante, desde que los humanos llegaron a un acuerdo de poder vivir en paz en un mismo mundo a mí parecer todos los días es una noche de brujas.
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Draegan
VampireSeraphine Anneliese Ivanov. Hija de un importante general de las fuerzas armadas antiguas en Rusia, cuando su imperio cayó, su padre la protegió en una fortaleza donde los lujos y un mundo de color de rosa no le puede hacer falta a su pequeña. La...