I D I O T A

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Baji Keisuke

¿Que quería hacer...? ¿Que quería hacer? ¡Quiero sacar a esta loca fuera de mi casa! ¡Pero el maldito espagueti qué trajo me lo impide!

—Asi qué... Ambos van a la misma preparatoria— hablo mi madre tratando de ser amable.

—Asi es señora...— contesto ella y yo me lleve a la boca otra porcion de espagueti.

—No... Tiene mucho que se mudaron ¿verdad?— volvió a preguntar mi madre, ella me miraba con desprecio y yo la miraba de la misma forma.

—Un mes—

—No te había visto hasta hoy, conocí a tu madre.. Solo me falta conocer a tu padre—

—Mi padre es piloto del ejército, por eso casi nunca está— contesto para después comenzar a beber el líquido de su vaso.

—Eres muy guapa Chifuyu ¿te gustaría tener novio?— escupí mi comida y ella escupió su agua —¿pregunte muy pronto?—

—¿Tu que crees bruja?—cuestione limpiándome la boca y después tomando unas cuantas servilletas para limpiar.

—Lo lamento tanto Chifuyu—

—No se preocupe... — Jadeo ella, tomando una servilleta y limpiando se la boca, seguido tomo otra y se limpio de una forma muy fina y delicada la parte baja de sus ojos, dejando en la servilleta impregnado un color negro.

—Keisuke, sirve le más a Chifuyu—

—No es necesario— contesto ella —Me parece que ya es tarde... Y aun me falta terminar mi tarea de matemáticas— Sonrió levemente sin mirarme.

—¡Qué coincidencia!— grito mi madre haciendo que ambos nos sobrestaramos —Keisuke también no la a hecho ¡es una buena excusa para que puedan conocerse mejor y puedan limar asperezas!—

Asperezas... ¡¿Que mi madre no puede controlarse?!

—Yo... —

—Oh vamos, son casi de la misma edad, bueno Keisuke es un año mayor, pero se llevarán muy bien ¡vallan! ¡Tienes permiso de llegar tarde cariño!—

Mi madre metió todas mis cosas en un tiempo récord de 5 minutos, después nos empujó a ambos a la salida y cerró la puerta no sin antes jalarme de la oreja.

—Portate bien y tu bonita... — La loca tembló al escuchar como la bruja de mi madre la llamo —Vuelva cuando quieras, hablaré con tu madre para que vengan a comer tus padres y tu con nosotros— y tras eso azotó la puerta, dejándonos afuera.

—Nisiquiera había acabado de comer...— Susurro ella y yo la mire...

Sus ojos chocaron con los míos aun estaba presente el desprecio pero al final ella bufo y se giro dispuesta a comenzar a bajar las escaleras, pero antes de que diera un paso la tome del brazo.

—¿A donde crees que vas?—

—A mi casa ¿A donde más Idiota?— hablo de mala gana y después se soltó.

—Me debes una disculpa— Gruñi pero ella solo sonrió de una forma burlesca.

—¿Me miraste los pechos?— me sonroje y desvíe la mirada —Me disculpo por golpearte la primera vez, pero la bofetada qué te di era más que bien merecida—

El precio de tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora