–Mi niña, nunca olvides lo mucho que te quiero–dijo antes de tomar mi mano y posarse enfrente de mi.
–Jamás lo voy a olvidar, mi niño–le dije en un susurro mientras él pegaba sus labios en la coronilla de mi cabeza–Tú tampoco olvides lo mucho que te quiero, eres mi desastre perfecto.
–Eres mi desastre perfecto–repitió–y lo mejor que me pudo pasar en la vida.
Ambos nos sentamos en el suelo, viendo la iluminada cuidad desde la terraza donde nos encontrábamos.
–Karly, sabes que me cuesta mucho expresar mis sentimientos y más cuando se trata de ti–volteó a verme en busca de el negro de mis ojos.
–David, a mi no me importa que me repitas veinticuatro siete lo mucho que me amas, el simple hecho de que siempre estés conmigo, no me juzgues, me aceptes tal cual soy y siempre estés para mí–le dí un casto beso en los labios antes de seguir–es más que suficiente para saber qué me amas con locura como yo te amo a ti.
David no es de llorar y tampoco de recibir cariño y mucho menos palabras cargadas de amor.
Desde pequeño le sembraron la idea de:
"Los hombres no lloran"
Que nunca a llorado, pero mis palabras le llegaron y sus ojos se empañaron y enlazó sus dedos con los míos.
–Hay una canción que escuché, y siento que expresa y dice mejor todo lo que yo no te puedo decir, pero es lo que yo siento por ti, espero te guste mi niña, te la dedico.
Algo en mi se estremeció, sacó su guitarra, se la acomodó y con melodías suaves empezó a tocar.
Quisiera ser matemático
Y formular mis emociones
Y despejarte de mi mente
Tan fácil como despejo ecuaciones.
Nuestras miradas estaban ancladas en el uno y el otro mientras él seguía tocando y cantando al compás de los acordes de la guitarra.
Un físico que pueda calcular
La velocidad con la que entraste en mí
Y cuanto tiempo tardas en salir.
De haber sabido no faltaba a clases de geografía
Para haberte encontrado antes
En el mapa de mi vida.
Poner atención en estadística y probabilidad
Y calcular las chances de que algo
Contigo salga mal.
Quisiera haber reprobado mis clases de cobardía
Pero siempre sacaba cien en el examen de poesía.
Sabrás que se me da literatura
Pero nunca sostendré otro libro si pudiera sostener tu cintura.
Mi materia favorita desde que te conocí
Sería cualquiera, porque ocupo en ti,
Toda mi Materia Gris.
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Materia Gris
CasualeEn la vida nos topamos con personas que son como la lluvia, llegan de un momento a otro. Nunca se sabe si llegan a quedarse o a irse. Hay otras que llegan como un huracán, sin previo aviso y tenemos la certeza de que se van a ir. Pero no sin dejar...