El despertar de rin

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Año 2016

Rin miraba con escepticismo el vasto campo de entrenamiento de la Agencia. El aire estaba impregnado de una energía palpable, un hormigueo en la piel que parecía empujar a los reclutas a concentrarse. Sin embargo, su mente divagaba. Se preguntaba qué había hecho para terminar allí, en medio de un grupo de individuos que parecían haber nacido para ser héroes.

—¡Rin! —gritó Kira, una de las reclutas más entusiastas. Su voz era aguda y llena de energía, como si cada palabra estuviera envuelta en chispa. —¡Vamos! ¡No te quedes ahí parado como un trozo de madera! Tienes que concentrarte en tu energía espiritual.

Rin se cruzó de brazos, mirando la atmósfera intensa. La determinación en los ojos de Kira le era extraña. Había pasado su vida huyendo, pero ahora se sentía atrapado en un lugar donde la gente luchaba por algo más grande que ellos mismos.

—¿De verdad crees que puedo hacer esto? —respondió, su tono lleno de duda. —Soy un delincuente, Kira. No estoy hecho para ser un héroe.

Kira se acercó, con una mezcla de comprensión y firmeza. —Nadie nace siendo un héroe, Rin. La mayoría de nosotros hemos tenido que luchar con nuestras sombras. Pero aquí, tenemos la oportunidad de redimirnos. ¿No sientes esa energía? Es como un latido. Puede ser poderosa, pero también puede ser destructiva si no aprendes a controlarla.

Rin suspiró. Sabía que tenía que cambiar, pero el miedo a fallar lo paralizaba. —¿Y si no puedo controlarla? ¿Y si termino lastimando a alguien?

Kira sonrió de manera tranquilizadora. —Eso es parte del proceso. Aprenderemos a hacerlo juntos. Cada uno de nosotros tiene una carga que llevar, pero eso no significa que estemos solos.

En ese momento, el instructor de la Agencia, un hombre de mirada profunda llamado Aoi, se acercó al grupo. Su voz resonaba como un eco en la amplia sala de entrenamiento. —Escuchen con atención, jóvenes reclutas. El control de la energía espiritual no es solo una cuestión de fuerza. Es una danza entre tu espíritu y el mundo que te rodea. Ustedes deben aprender a escuchar y a conectar con esa energía, no a imponer su voluntad.

Aoi se detuvo frente a Rin. —Tú, más que nadie, necesitas aprender a dejarte llevar. Tu resistencia a conectar con tu energía es lo que te mantiene estancado. —Hizo una pausa, como si pesara cada palabra. —Tienes un gran potencial dentro de ti, Rin. Pero primero debes aceptar quién eres.

Rin sintió una punzada en el estómago. La verdad en las palabras de Aoi resonó profundamente en su ser. No era solo su pasado lo que lo ataba; era su incapacidad para abrazar su verdadero yo.

—Está bien —respondió finalmente, con una determinación renovada en su voz. —Quiero intentarlo. Quiero aprender a controlar esta energía.

Kira sonrió y le dio una palmadita en la espalda. —Eso es lo que quería escuchar. Vamos a hacerlo juntos, como un equipo.

A medida que el grupo comenzaba su entrenamiento, Rin sintió cómo la energía comenzaba a fluir a su alrededor. Era una sensación abrumadora, como si un torrente de vida estuviera aguardando para liberarse dentro de él. Tal vez, solo tal vez, había encontrado un lugar al que realmente pertenecía.

Mientras el sol se ocultaba en el horizonte, una sombra oscura se movía sigilosamente entre los edificios de la ciudad. La Agencia no era la única que se preparaba para el conflicto.

Más tarde esa noche, Rin se encontraba solo en su habitación, mirando por la ventana de la torre de la Agencia. Las luces de la ciudad brillaban en la distancia, pero él apenas las notaba. Su mente estaba muy lejos, atrapada en un recuerdo que no había pedido, pero que llegó sin previo aviso.

Agencia de Protección Espiritual. A.P.E.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora