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La noche era gélida, como solo lo hace en diciembre

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La noche era gélida, como solo lo hace en diciembre. A pesar de esto, mis dedos que sostenían mi cigarro se sentían calientes, incluso me proporcionaban un ligero ardor. El soplido de la brisa en mi cara era refrescante, por fin podía liberarme de mis frustraciones en total soledad. Era un sentimiento que estimulaba y reacomodaba mis pensamientos después de todo lo que paso.

Me apoye contra el muro de piedra hasta que termine el cigarro, lo deje caer al piso para que la colilla se apagara por sí sola. 

A pesar de la noche solitaria, me sentía...vigilado. Igual cargaba con mi Colt M1911 escondida bajo mi chaqueta negra.

Pasando por un callejón, escuché un quejido.  Al voltear vi a un hombre de quizás unos 40 años apoyado contra la pared, había una grabe herida de bala en su pecho, lo que aumentaban sus gemidos de dolor. Parecía haber sido golpeado.

Camine hacia él, me agache a su altura y mire sus ojos. Lo único que sonó en el callejón fue el disparo de mi arma. Sabía quién era, el periódico siempre daba noticias de los criminales cuyas fechorías no se an echo pagar.

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Abrí la puerta de mi casa, casi de inmediato sentí unos pequeños brazos envolverme. Voltee hacia abajo, Michael tenía sus ojos envueltos en lágrimas, se veía demasiado lindo, tal como una muñeca de porcelana.

Solté una ligera risa, agachandome para poder alzar su cuerpo pequeño. Se sentía muy ligero, un niño de doce debia pesar entre 40 a 50kg, y él pesaba apenas treinta y cinco.

—¿Dónde estabas?— Me regaño con su voz llorosa, se preocupaba por mi, lindo.

—¿Por qué debería de contestarte? No eres mi esposa.— Murmuré con voz ronca. Bese su mejilla con suavidad, mis dientes mordieron ligeramente la tierna piel.

Mike soltó un pequeño gruñido de resignación. Escondió su pequeña cabeza en mi hombro. Sonreí y volví a mi tono ronco para responderle.

—Afuera, fumando. ¿Ya estás contento, mhh?

Él tomo mis mejillas y me miro con el ceño fruncido en sus rasgos infantiles. Su cara estaba tan cerca de la mía que podía sentir su cálido aliento contra mi piel.

—Eso es malo, te vas a morir.

Baje a Michael de mis brazos para terminar de hacer otras tareas pendientes.

Apenas entre a mi habitación vi a Evan acurrucado contra las sabanas, su cuerpo tan diminuto casi no era notable. Tomé al bebé y lo deje en la cama de su nueva habitación. Supongo que es mejor que se acostumbre a dormir en su cama desde ahora.

Con cansancio me volví a mi habitación. Apenas me desplome en la cama y mire el lado vacío, aún no recuerdo mucho por qué ella ya no esta aquí. Esa noche bebi hasta perder la conciencia, no me importo Michael en ese momento, pero me siento ahora culpable por eso.

Joder, necesito a alguien.

Se que tengo a mis hijos, pero no es suficiente. Necesito a alguien quien satisfaga mis deseos, mis necesidades, pero creo que ninguna mujer ama a alguien que todo el tiempo está agobiado por sus hijos.

No puedo contratar a una, apenas compro lo necesario para vivir. ¿Será que mis hijos me impiden una vida feliz y sin preocupaciones?

Tengo un forma de liberar mi estrés por lo menos por unos cuantos minutos. Mis manos bajaron al nudo que sostenía mi pantalón de la pijama y empeze a bajar la tela...


 Mis manos bajaron al nudo que sostenía mi pantalón de la pijama y empeze a bajar la tela

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Otra vez, me morí pero reviví. Podria intentar actualizar una vez a la semana, si la flojera no me gana

Siento que el viento lee mi historia, ni un comentario 😭

Dejo a su imaginación lo que pasó, aunque es muy obvio

William pajero 👎

𝕹𝖎ñ𝖔 𝖇𝖔𝖓𝖎𝖙𝖔 (𝘞𝘪𝘭𝘭𝘮𝘪𝘬𝘦)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora