109-Confrotacion

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En un campo de hierba desolado justo debajo de la colina donde se encontraba la Clase E, un lugar tan remoto que solo alguien desesperado o loco se aventuraría allí, una silueta solitaria se encontraba sobre una gran roca.

La figura no era otra que Kaede, o como ahora se reveló que era, Akari Yukimura.

La noche era inusualmente tranquila, con un cielo tranquilo extendiéndose arriba.

Sin embargo, el corazón de Kaede no estaba en absoluto en paz.

Ardía con una potente mezcla de furia y anticipación.

Una suave brisa atravesó la habitación y le alborotó el pelo, que ya no se molestaba en recoger. Cerró los ojos un instante y dejó que el aire fresco le rozara la piel antes de abrirlos de nuevo; su mirada reflejaba una determinación férrea.

Entonces, débiles murmullos y sonido de pasos llegaron a sus oídos, señalando la llegada de aquellos a quienes había estado esperando.

Por fin había llegado el momento de cumplir la promesa que le había hecho a su hermana.

"Solo espera, onee-chan..."

Kaede susurró con los dientes apretados mientras observaba a Korosensei y al resto de la Clase E acercarse al campo de césped.

La visión del detestado pulpo siempre la arrastraba de regreso a aquella noche dolorosa, despertando un impulso implacable de destruir todo a su paso.

Mientras saltaba de la roca y aterrizaba en medio de la vasta pradera, se preparó para saludar a sus invitados no invitados.

"Sólo estaba tratando de recoger a mi hermana", pensó Kaede mientras recuerdos que nunca podría olvidar aparecieron en su mente.

Había sido una noche muy parecida a ésta cuando por fin logró escaparse de casa y tomarse un descanso de su incesante agenda de actuación. La ausencia del ojo público la había ido haciendo menos visible, lo que le permitía moverse con más libertad.

Caminó por las calles tranquilas y poco iluminadas, en dirección al lugar donde su hermana estaba trabajando hasta tarde.

Como actriz adolescente, su vida fue un constante acto de malabarismo entre la escuela y un flujo interminable de proyectos cinematográficos repartidos por todo el país.

Kaede no quería nada más que sorprenderla.

Parecía que hacía mucho que no la veía y ese día le había parecido la oportunidad perfecta.

En la industria del entretenimiento, tenía que ser dura, no solo consigo misma, sino con todos los que la rodeaban. Sin embargo, en el fondo, todavía era solo una niña, apenas mayor de edad, que se sentía vacía y completamente agotada.

Su hermana, Aguri Yukimura, fue la única luz en esos tiempos oscuros.

Kaede la extrañaba profundamente: la única persona con la que podía ser vulnerable, la hermana que siempre había estado cerca de su corazón.

Ella anhelaba desahogar sus luchas, derribar los muros que había construido y simplemente... ser ella misma.

Pero cuando se acercó al laboratorio donde Aguri estaba trabajando junto a su prometido, su emoción rápidamente se convirtió en horror.

El aire nocturno se vio interrumpido por el rugido ensordecedor de una explosión. El miedo se apoderó de ella mientras corría hacia la fuente, con el corazón palpitando con fuerza y ​​las piernas pesadas por el miedo.

Una sensación ominosa la carcomía a medida que se acercaba.

Y luego encontró el cuerpo sin vida de su hermana.

¡Cocinando en el Multiverso!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora