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El cuarto del bebé parecía ya un espacio sacado de una revista de diseño infantil, todo perfectamente colocado y en su lugar... por décima vez en esa semana. Pero eso no era suficiente para Hannibal. Ahí estaba, de nuevo, revisando los detalles. Con la camisa remangada y el ceño concentrado, movía la cuna unos centímetros a la izquierda, luego unos a la derecha, y volvía a colocarla en el punto inicial. Parecía una coreografía extraña, en la que la cuna era el centro de todo. Después de ajustarla, se dirigió hacia las sábanas de colores suaves, estirándolas con precisión casi quirúrgica.
Mientras tanto, en un extremo de la habitación, Will estaba tirado en el sofá que habían colocado allí para cuando se necesitara un respiro durante las interminables sesiones de preparación. Pero, por supuesto, para Will, ese sofá era más que un lugar de descanso temporal. Se había instalado ahí, todo cómodo, con algo en la mano que probablemente era saludable -porque claro, con Hannibal cerca, lo más probable es que fuera una especie de snack bajo en calorías. A pesar de eso, Will no podía evitar disfrutar su bocadillo, mientras observaba cómo Hannibal seguía ordenando una y otra vez.
Will dejó escapar una risita burlona, alzando la voz lo suficiente para llamar la atención de su marido. "¿Sabes que a nuestro hijo no le va a importar ni un poco si el peluche del rinoceronte está dos grados inclinado o no, verdad? ¿O piensas convertirlo en un pequeño perfeccionista también?"
Hannibal ni siquiera se dignó a detenerse, solo ajustó el peluche mencionado con una precisión exagerada, como si lo que Will acababa de decir no tuviera ningún peso. "No te ofendas, pero algunos de nosotros disfrutamos de un entorno organizado", replicó con calma, aunque Will pudo notar la sutil rigidez en su tono.
"Uf si tu lo dices, ¿sabes?me encantaría ayudarte, de verdad", añadió Will, estirándose en el sofá y frotándose la barriga de forma exagerada. "Pero como puedes ver, no puedo. Estoy muy ocupado aquí, supervisando."
Hannibal, esta vez, se detuvo un segundo. Se giró lentamente, con esa expresión inmutable que Will conocía bien. La clase de expresión que decía: sigue provocando y verás lo que pasa. "Y yo me pregunto", dijo Hannibal con voz suave, "¿qué haces aquí, en el cuarto del bebé, tirado en un sofá cuando claramente podrías estar más cómodo en la cama? ¿O creías que no noté las pequeñas muecas de incomodidad que haces?"
Will hizo una mueca, sabiendo que estaba acorralado. Hannibal no solo era un hombre detallista con las cosas que organizaba, sino también con cada pequeño gesto que hacía Will. Y aunque sabía que tenía razón, no podía resistirse a continuar con su pequeña queja. "¡Ay, ya! No me vengas con eso. Ya hablamos de que no quiero estar todo el día en la cama, me aburro."
Hannibal, dejando de lado su laboriosa tarea de perfeccionar el cuarto, se acercó para ayudar a Will a levantarse, aunque este último protestaba, como siempre. "Will, es solo temporal. Sabes que esto es por tu bienestar y el del bebé."
Pero Will, siempre listo para sacar su lado sarcástico, le lanzó una mirada retadora. "Bueno, entonces al menos podrías distraerme. ¿Qué te parece si cocinas algo para mí? Sabes que últimamente me encanta verte en la cocina."
Hannibal arqueó una ceja. Sabía lo mucho que Will disfrutaba observarlo cocinar, y también sabía que no podía resistirse a ese tipo de petición. "¿Y qué es lo que te gustaría que te prepare, entonces?"
Will hizo una pausa. El pensamiento de una jugosa hamburguesa cruzó su mente, pero se detuvo. Sabía que, con el poco tiempo que quedaba para el parto, Hannibal podía volverse más estricto con lo que comía. Así que, optó por algo seguro. "Mmm, una ensalada estaría bien."
Hannibal se detuvo un momento, mirándolo fijamente. "¿Una ensalada? ¿Tú? ¿Se va a caer el techo?"
Will se ofendió de inmediato, levantándose ligeramente del sofá. "¡Oye! No es tan raro. Simplemente se me antojó, ¿vale?"
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Will's Cravings
FanfictionWill era un peligro para Hannibal, pero Will embarazado era imposible de controlar. Todo se le antojaba, todo quería y al parecer las negativas de Hannibal solo lo impulsaban más. ¿Cómo podría Hannibal vivir con un omega tan caótico?