La vida de Jessica siempre había sido simple, nada fuera de lugar. Le gustaba pensar que era un extra en la vida de algún personaje principal, pero tampoco podía negar el hecho de que a veces también quería ser la protagonista. Sin embargo, ella sabía que no era un extra y, mucho menos, llegaría a ser la protagonista. Con los pies en la tierra, asimiló que su papel era el de ser una antagonista. Eso era lo que normalmente veía reflejado cuando sus pensamientos le ganaban y comenzaba a destilar irritabilidad y envidia por la atención que alguien más recibiera, aparte de ella.
Jessica era una persona soñadora; tanto así que, a sus catorce años, sus sueños llegaron a la realidad. La primera vez que se dio cuenta de esto, estalló en alegría y ansiedad. Por un lado, pensó que, al fin, sería una protagonista y que aquel chico cobrizo que había llegado al pequeño Forks con su familia se fijaría en ella y crearían una gran historia de amor. Pero, a diferencia de su mente divagadora y poco realista, aquel chico de piel pálida simplemente no parecía interesarse en ella, ni en ninguna otra chica. Quiso creer y obsesionarse con la idea de que él era tímido, por eso decidió dar el primer paso y confesarse, pero solo pudo recibir un rotundo y frío "NO". Con solo esa palabra, dejó de insistir en sentirse atraída por el chico, aunque sus pensamientos a veces la traicionaran y crearan escenarios irreales donde tenía una relación romántica con el pálido.
A sus dieciséis años, volvió a soñar nuevamente. Aquel extraño sueño se presentaba no como el típico sueño, sino como si estuviera leyendo a través de aquellos ojos rasgados con concentración y sus dedos pasando las páginas de aquel libro desgastado, una escritura que le diría qué pasaría en un futuro cercano. En él, su aburrida vida dictaba que solo era una antagonista en la historia de amor de la hija del sheriff y Edward Cullen. Solo su presencia estaba escrita allí para ser odiada por sus pensamientos inestables y para lograr que el chico se diera cuenta de que Isabella le causaba preocupación; solo era un empujón para los dos protagonistas.
No lo quería aceptar; ella merecía ser la protagonista, no una chica flacucha y de poca gracia que llegaba de repente. Eso era lo que la cabeza de Jessica pensaba constantemente aquella semana que dejó de asistir a la escuela por una supuesta enfermedad. Hasta ese momento, no podía asimilarlo, pero aun así, cada cosa había pasado como en su sueño se lo había hecho saber con cada palabra en su lectura.
Para sus diecisiete años, Jessica entendió que solo sería un peón más de la historia que sus sueños le habían mostrado. Con la pesadez de aquellos constantes sueños, había decidido solo seguir el juego y dejarse llevar por la corriente.
Solo el tiempo lo diría...
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𝐍𝐢𝐭𝐨𝐟𝐢𝐥𝐢𝐚━━ ❝𝗘𝗱𝘄𝗮𝗿𝗱 𝗖𝘂𝗹𝗹𝗲𝗻❞
Fanfic❝Solo somos una retorcida fantasía❞ Donde Jessica sueña con aquella chica asiática, cada movimiento o el propio reflejo lo siente como si fuera el suyo mismo. Lo que es más raro es aquel gusto por el tosco libro de "Crepúsculo", que a su parecer es...