❝Solo somos una retorcida fantasía❞ Donde Jessica sueña con aquella chica asiática, cada movimiento o el propio reflejo lo siente como si fuera el suyo mismo. Lo que es más raro es aquel gusto por el tosco libro de "Crepúsculo", que a su parecer es...
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Una semana había bastado para que la historia diera mil giros, unas páginas para un lado y las sobrantes para el otro. Su mirada recayó en la bolsa que llevaba en su mano. Quería jalarse su pelo castaño rizado por ser tan olvidadiza y por dejar su mochila en el auto de sus salvadores aquel día lluvioso. Tenía la sensación de que ellos sí se habían dado cuenta de su pequeño, pero no tan pequeño, descuido, pero solo se rió tontamente, recibiendo alguna que otra mirada despectiva a su paso por los alumnos que aún vagaban por los corredores del instituto. Jessica caminó más rápido, llegando a su salón, lleno de alborotadas voces que provocaron un alivio al darse cuenta de que no había llegado tarde. Con pasos algo perezosos, caminó hasta su asiento, donde se encontraban las dos Swans charlando sobre algo que no le interesaba en lo más mínimo.
━━Así que volviste a traer tu baratija━━ dijo Eleonor, mirando su bolsa, donde se hallaban sus materiales para estudiar, y luego miró a la castaña con una sonrisa en los labios, mientras la comisura de sus ojos se arrugaba un poco.
━━De hecho, es una nueva moda━━ contestó suavemente la ondulada, mirando aquellos ojos cafés que parecían algo irritados con su presencia.
Sin darle mucha importancia, tomó asiento junto con las hermanas y suspiró, algo cansada de tener que soportar constantemente los comentarios pasivo-agresivos de Eleonor. ¿Así se sentiría la gente cuando ella hablaba? se preguntó a sí misma, mordiendo su mejilla y dejando de lado aquel ridículo pensamiento.
━━Nor, no debiste decir eso, no sabemos si está pasando por una mala situación━━ le susurró la castaña mayor a su hermana, que seguía viendo a Jessica como si tratara de descubrir algo más en ella.
Bella, siempre tan terriblemente amable y torpe con sus palabras. La verdad es que a Jessica le dolió mucho que mencionara su situación económica por llevar solo una bolsa de basura como mochila. Sabía que no lo había hecho con esa intención, lo percibía en la mirada de lástima que le dio, pero le molestaba que lo mencionara y la viera con esos sentimientos incluidos.Tenía el dinero para comprar otra; de hecho, eran sus padres los que tenían el dinero, pero le parecía un desperdicio cuando podía usar una bolsa de basura, que era lo que realmente llevaba. Tal vez tenía un punto al hacerlos sentir pena por ella, pero al final era solo un reemplazo de su mochila, si es que la recuperaba, porque ni aunque le pagaran todo el dinero del mundo, Jessica se arriesgaría a ir a la casa de los Cullen, allí en medio del bosque. ¿Quién sabe qué podría suceder? ¿Y si se la comían?
La oji azul soltó un suspiro, golpeándose la frente para dejar de pensar en eso. Estaba segura de que el lector de mentes había llegado hoy desde Alaska. Su mirada se desvió hacia las ventanas cerradas del salón que estaban al otro extremo. Podía ver la nieve sobre algunos pinos y en el suelo de esa colina que se encontraba a unos metros. No podía negarlo, amaba ese lugar. Lo amaba demasiado. Sus constantes cambios de clima la dejaban un poco atontada, como si la enamoraran.
La clase pasó tan rápido que si la persona más mentirosa le dijera que tenía el don de poder adelantar el tiempo, lo creería. Enseguida, Jessica salió disparada de su banco hacia la salida del salón. No quería estar hablando con Eleonor; a veces no entendía el hecho de que aquella adolescente la sacara de sus casillas. Solo quería evitar peleas innecesarias por cualquier cosa malintencionada que quisiera decir la Swan menor.
