PROLOGO

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PROLOGO.
26 de septiembre, Austria.
Cartas de Tomas.
Día 1.823

Querida Luna:

A veces me pregunto si ella alguna vez escuchó de mi, si en sus más lejanos sueños me recordara así como yo no puedo dormir sin que su ausencia me recuerde a aquel día. Nadie es tan cobarde como el que se miente a sí mismo creyendo que puede dejar de querer a alguien de un día para otro, creyendo que puede olvidar su pasado, y yo nunca he sido valiente.

La tristeza me consume, las horas nocturnas me llenan de nostalgia de cosas que se muy bien jamás pasarán, cosas que solo mi imaginación es capaz de crear. Un destino al cual yo mismo me precipité y ahora no hay nada que hacer.

Una felicidad efímera que tan solo quisiera fuera más duradera.

Solo deseo que el sol y tu se encuentren para yo poder volver a verla, para dejar de imaginar su sola presencia frente a mi y enmendar el error que cometí en dejarla ir.

Querida luna, ojalá escuches mi súplica y envíes todos mis mensajes a ella, todos mis lamentos desde hace cinco años que solo tú haz podido oír. Por favor, solo pido tenerla de nuevo frente a mi.

Solo espero poder oírla reír otra vez, y ser el causante de sus risas y no sus lágrimas cristalinas. Así como he sido el causante del sufrimiento de muchos otros.

Si el destino y las estaciones lo permite, quisiera convertir todos aquellos tormentos en sueños resplandecientes, así como mi invierno pueda ser verano otra vez.

Cuando los sueños se conviertan en tormentas (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora