Cuando los sueños se conviertan en tormentas (#2)

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Un café, a cambio de un nuevo comienzo.

15 de octubre, Austria.

Tomas Wolf.

Durante mucho tiempo estuve preguntándome qué hubiera pasado con ella, creyendo en ilusiones y sueños que quizá solo eran recuerdos guardados del pasado . Idealice mi vida constantemente para salir del vacío, sin embargo, aquella acción fue la misma que me introdujo a tocar fondo incontables veces.

Habría perdido la cuenta, de todas las veces que sentía que ya no había manera de salir. Veces que intente llenar con la idea de: Si conseguía un trabajo y ganaba dinero, me sentiría pleno.

Mentiras, puras mentiras que constantemente me recordaban la falta de salud mental que poseía, que me llevaron a cometer errores que ahora no podía remediar.

Cientos de tropiezos y recaídas, me hacían entender que no importase las cosas materiales que el dinero pudiera proporcionarme, tarde o temprano acabarían; aquello nunca me devolvería a una de las personas más esenciales de mi familia, como tampoco arreglaría y me haría olvidar el sentimiento de pérdida y desconocimiento constante que poseía.

No fue hasta hace tres años que lo entendí,deje de buscar otro camino y de soñar con un futuro donde nos pudiésemos volver a ver.

A partir de ahí, mi vida se volvió totalmente diferente.

Conocí personas.

Hice amistades.

Tuve amores. Encuentros casuales que disfrute unos instantes.

Cometí errores, podría decirse que tuve varias cagadas continuas.

Renuncie a vivir como si nada importase; pero ella nunca salió de mi mente, no importase lo que hiciera, sus ojos siempre volvían a estar ahí.

A pesar de admitir que no soy el chico que cualquiera puede considerar como una buena pareja, no me niego a la posibilidad de que algún día el amor toque mi puerta.

Podría decirse que tuve una o dos novias con anterioridad, una duro poco más de un año, la otra simplemente decidió que no era lo nuestro luego de 3 meses frecuentando. A todas estas, no me gusta creer en el destino, sin embargo, últimamente la vida me ha mostrado que quizá solo estaba esperando que ella volviera para sacudir mi mundo.

Un poco loco, ¿no? Creer que el destino me hizo fallar para llevarme devuelta a la primera chica que se convirtió en mi mejor amiga durante dos años. Suena descabellado, pero para mi tiene un poco de sentido.

-¿Terminaste de ordenar los expedientes de los nuevos estudiantes?-pregunta Rose, psicóloga de la universidad.

-Claro, por orden alfabético, fecha y ubicación. Tal como lo pediste.

Luego de años sucumbiendo al estudio paleobotanico, tan esperada graduación se encuentra a solo ocho meses; teniendo en cuenta el apoyo de los profesores, me encuentro como asistente durante el tiempo libre.

-Excelente, avísame si necesitas cualquier ayuda con tu trabajo final. Estaré encantada de formar parte de ello.

-Gracias Rose. Nos vemos luego-me despido con un amistoso abrazo de aquella señora que más que un apoyo, se convirtió en una segunda madre. Me recuerda mucho a la mujer maravillosa que me dio la vida.

Entre tanto tiempo, los años universitarios habrían pasado desapercibidos, si no hubiese sido por los desastres que me involucraban constantemente los primeros semestres.

Hoy en día me encuentro siendo aún reconocido por aquellos días, mientras que en el trabajo solo soy Tomas, el joven músico que toca de manera esporádica en un café y a su vez trabaja en la repostería del lugar durante la mañana.