COMFORTABLY NUMB // Nadie Nos Va A Extrañar

Nadie sabia el plan de Memo

Una vez en su cuarto, Gianna puso en el reproductor uno de los cassettes de Memo y se comenzó a reproducir una canción en inglés, era de Elvis Presley "Cant help falling in love" se recostó en su cama sonriendo hacia el techo mientras olía el tulipán tejido ya que traía de esencia el perfume de Memo.

Ahí fue donde se dio cuenta lo enamorada que estaba de él y que por primera vez en su vida estaba experimentando amor real, y como le dijeron cuando lo conoció, el primer amor es el más intenso.

Recordó que había una carta también y que debía de leerla una vez que estuviera en su casa, así que la saco del estuche de su guitarra y la desdoblo para leerla.

"Gigi

Quiero comenzar agradeciéndote por todo lo que has hecho por mi desde que nos conocimos, me cuidaste y protegiste cuando nadie más lo hubiera hecho y eso es algo por lo que te voy a estar eternamente agradecido.

Tu belleza es algo irrepetible e inigualable, ninguna chica se podría comparar contigo ni en un millón de años, eres única, con una estrella que ilumina a todos los que están a tu alrededor y sacas lo mejor de ellos. Tienes tanto por delante, tantos sueños y metas que realizar que espero puedas lograr cada uno de ellos porque tu mereces todo lo bueno de este mundo.

Te amo, te amo más de lo que nadie lo ha hecho y más de lo que nadie lo hará, eres mi primer y único amor y es por eso que no encontré las palabras ni el valor de poder decirte de frente lo que estoy a punto de escribirte.

Nunca logré adaptarme bien en las escuelas en las que estuve y solo me molestaban y me trataban mal. Todo el tiempo estaba enojado, triste, con ganas de gritar y poder desaparecer del mundo, pero antes solo se quedaba en eso como un pensamiento nada más.

Eso fue hasta que los conocí...

Mis papás me dieron la noticia hace unas semanas que querían llevarme a vivir a San Diego finalizando el año escolar, yo me negué totalmente porque eso implicaría alejarme de todos y de ti, pero ellos solo hacen lo que les conviene sin decir las cosas.

Los pensamientos aparecieron de nuevo en estos días, pero de forma más intensa al grado de no poder detenerlas por voluntad propia, todo el tiempo estaban ahí encima de mí, y es algo con lo que ya no puedo lidiar...

Gianna, quiero que sepas que ninguno de ustedes tiene la culpa de lo que voy a hacer, todo esto es por decisión mía y lograr calmar mis demonios que no hacen más que atormentarme, me alegra mucho que lo último que haya hecho, fuera contigo y créeme que tu estarás en mi mente hasta mi último aliento.

En donde sea que estés siempre te voy a acompañar y cuidar, aunque no puedas verme. No dejes nunca lo que amas hacer, sigue siempre adelante, por ti y por mí, por ambos.

Te amo eternamente, Memo"

Al terminar de leer la carta la respiración de la chica empezó a hacerse más rápida y sin pensarlo salto de su cama y corrió escaleras abajo para ir a casa de Memo, se estaba despidiendo de ella porque iba a suicidarse.

—¿Hija que pasa?—sus padres la vieron salir corriendo a la entrada y fueron preocupados detrás de ella

Gianna no contesto solo tomo su bicicleta y pedaleo lo más rápido que pudo hacia su casa, ahora entendía su repentino cambio de humor y su mente dispersa, lo único que pasaba por su mente era llegar rápido antes de que fuera demasiado tarde.

Cada cosa que había vivido con él parecía que ahora se repetían en cámara lenta, como si le estuvieran mostrando algo que ya no volvería a ocurrir, la desesperación inundo su pecho e ignorando el dolor en sus piernas siguió avanzando.

Por ir tan distraída la chica no vio un desnivel en la banqueta lo cual hizo que cayera y se raspara la cara y varias partes del cuerpo porque no traía protección, Gianna se quejó del dolor, pero aun así con trabajo se levantó y ahora comenzó a correr dejando su bicicleta botada en la calle.

—por favor aguanta Memo—dijo manteniendo la respiración porque en sus pulmones el aire ya empezaba a faltar causando un ardor dentro de ella

La casa de Memo ya no estaba muy lejos, deseaba con todo su corazón que aun estuviera a tiempo, cuando se encontraba en la esquina de su casa, el sonido de la sirena de la ambulancia se hizo sonar entre el silencio que la noche albergaba.

Tenoch también llego en la camioneta de su tío y del otro lado Marifer apareció en su bicicleta, sin importarle la presencia de sus amigos se detuvo enfrente mientras su cabeza empezó a dar vueltas por el enorme esfuerzo físico que acababa de hacer.

La imagen de los paramédicos subiendo a la ambulancia a Memo y sus padres enfrente mientras lloraban, el cerebro de Gianna aún no procesaba lo que sus ojos proyectaban.

—¡Memo!—soltó un grito haciendo que sus padres voltearan

Tenoch se acercó a ella y evito que se acercara abrazándola por la espalda, Gianna luchaba contra su amigo intentando soltarse de su agarre.

—aún podemos salvarlo—gritaba mientras estiraba sus brazos intentando alcanzar a su novio—¡Memo, por favor no me dejes, te amo!

Tenoch no pudo evitar tampoco empezar a llorar por la desesperación de la chica de ir con Memo, pero él sabía que si la dejaba acercarse eso solo sería peor. Marifer puso sus manos sobre su boca mientras lloraba al igual que los demás, Gianna quería aun creer que Memo estaba vivo, que alguien lo había descubierto o que había sido un intento fallido de suicidio.

Al llevar al chico al hospital intentaron todos los medios que había en sus manos para evitar el terrible desenlace del chico, pero después de casi una hora intentando revivir a Memo, el medico había salido a informar a los presentes en la sala de espera lo que había ocurrido.

Memo había muerto de una sobredosis...