Prologo: Accidente

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The loud House Collision

La llegada del amanecer traía una maternal calidez, aunque realmente no venía solo de un lado. Lizy loud, la segunda más pequeña de la casa se levantó perezosamente. Aún a su edad, juraba haber tenido la compañía no solo de su madre en la noche, sino la de su padre. Podía verse como tiernamente, con su brazo libre trataba de agarrar lo que sería la espalda de su padre, la cual no encontró. Levantó la mirada solo para darse con la imagen de su madre, Lana loud. La mujer que tenía el tituló de ser la progenitora de la pequeña, se encontraba durmiendo con una suave sonrisa.

—¡Mami! ¡Mami! ¡Mami!

La Pequeña, como si fuera una practicante de lucha libre, daba golpecitos al brazo de su madre, lo cual dio poco resultado, por lo menos al principio. Pues entre más la mujer comenzaba a mover sus parpados, no pasó para que los terminara de abrir. Su actitud tan relajada se mostraba en como frotaba su ojo con una de sus manos, para luego de forma instintiva acariciar la cabeza de su criatura. Con una sonrisa que irradiaba cierta energía, pero también llena de amor. No pasó mucho para que Lana comenzara a hablar.

—¿Paso algo cariño? ¿Por qué despiertas a Mami? —preguntó la mecánica.

La niña pudo moverse suficiente como para poder sentarse y abrazar sus rodillas, una costumbre que Lana reconoció, por lo que abrazó a su pequeña con sus dos brazos y apoyó su cabeza arriba de la de su pequeña. Claro, haciendo poca fuerza para no lastimarla.

—¿Qué ocurre cariño? ¿Pesadilla?

Con algo de tristeza, la pequeña volvió a ver el lugar que antes y aún seguía siendo material de su interés, uno amargo para una niña. Buscando protección en su progenitora, Lizy logró derribar a su mamá en la cama para luego enterrar su cabeza por debajo del pecho de la adulta. Lana dejaba que su bebé hiciera esto, pues le gustaba verla pidiéndole su atención y afecto.

—Papi no está, ¿Por qué volvió a irse? —le preguntó la pequeña.

La mujer entendió lo que acontecía y un poco fiel a su forma "masculina" de ser recordó darle algo más que una charla a su esposo. No le gustaba para nada que su tesoro estuviera mal porque a veces al distraído de su hermano se le olvidaba darle un beso de despedida. De hecho, debía recordarle también que tampoco la besó, un motivo más para darle una visita a su sala de trabajo.

—Tu papi solo está muy ocupado —dijo la adulta mientras la consolaba.

—¿Todo el tiempo? Ya casi no juega conmigo, ¿Lo molesto mami? —le preguntaba la niña al mismo tiempo que pensaba en los "Ahora no Lizy" que recibía útilmente de su progenitor.

—Cariño, tu padre te ama, trabaja porque... —Lana quedo algo molesta por recordar el motivo por el cual Lincoln no pasaba tiempo con sus hijos, porque el dinero claramente no era la razón, al menos no si hablamos en un apartado de "necesidad"

—Solo quiere ser feliz con cosas que le gusta hacer.

—¿Y yo no lo hago feliz? —la mujer maldijo no ser tan buena como Leni para consolar a sus bendiciones, pero sabiendo que ahora mismo su cabeza no funcionaba bien por estar medio dormida, uso sus recursos de Mamá.

—Tú y tus hermanitos son lo que más lo hace feliz, nunca dudes eso cariño, solamente está jugando, como cuando tú lo haces con tus dinosaurios, él también se divierte con sus cosas.

La pequeña pareció más convencida y el abrazo de oso de su madre junto a las cosquillas propinadas la hicieron cambiar completamente de opinión. Para terminar la mujer puso a su bebé encima de ella para luego acariciarle el pelo y darle un besito en la frente.

The Loud House CollisionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora