Capitulo 2: Colisión

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The Loud House Collision

—¡AHHH!

Un duro golpe se escuchó, al mismo tiempo que un alarido salió. Aquel muchacho se paraba, movía la cabeza de un lado al otro, se quería sacar el mal pensar que le causaba sus dolencias. Observó a todos lados buscando reconocer, aunque sea algo. Pero la oscuridad dificultaba mucho su visión. Parecería chistoso que al levantarse lo primero que hizo fue quitarse el imaginario polvo de su cuerpo, y darse cuenta después de lo tonto que fue, pues no estaba sucio por ningún lado.

—¿Dónde...? ¿En qué sitio estoy?

La pregunta fue suelta a la vez que comenzaba a encontrar algo que tocar. De preferencia quería algo sólido, para guiarse mejor. Logró entonces sentir, con las yemas de sus dedos, el frio de unos estantes metálicos. Ahora con mejor orientación empezó a caminar, con el brazo libre que le quedaba se protegía la cara, no deseaba golpearse nuevamente.

"Aquí" Pronunció el chico cuando sus dedos sintieron algo distinto. Era una manija muy simplona que podía ponerse seguro con solo presionar el centro de esta. Cometió el acto de abrir la puerta, la oscuridad ya le empezaba a irritar.

La luz fue una bienvenida consoladora. Los pasos que siguieron fueron la antesala al reconocimiento del espacio, y su primera impresión fueron las tiendas. No eran simplonas, más no le impresionaban mucho "Estoy en un centro comercial" pensó. Casi se le subieron los testículos al cuello tras recordar cierta historia terrorífica donde aparecías en lugares como estos. Aquel cuento trataba de monstruos que te comían al encontrarte caminado. Aquello lo tachó como poco imaginativo, pero no era tonto para desear un destino así. Notó la falta de personal, vendedores y... ¿Clientes? ¿Dónde estaban las personas que daban sustento a este gran negocio?

—Oh, es eso...

Al mirar arriba y ver el techo de vidrio entendió el porqué de la poca gente. La luna le dejo bien en claro aquel motivo. Luego pudo notar que se encontraba muy alto, quizás en un tercer o cuarto piso, lo que más deseaba ahora era conseguir una manera de irse a casa. "Idiota" Acaba de ser devorado por algo tan irreal, ¿Y enserio esperaba volver a su hogar tan fácil? Podría estar en el estómago de una especie de monstruo cósmico y él ni cuenta se daría, de hecho era muy afortunado de poder respirar y sentir la realidad como el la conocía.

—Perfecto...

Ese fue su pensamiento cuando al terminar de bajar y bajar. Logró ver la entrada de este lugar, que para su alivio tenía cerca de la entrada a dos personas. Caminó lo más tranquilo posible, pensó en su ya confirmada teoría que simplemente no eran horas con mucha actividad comercial.

—Buenas noches —dijo Lyle con calma mientras veía las miradas de esos dos desconocidos que ahora le prestaban atención.

—¡Oh! ¡Hola! ¿En qué podemos ayudarte Señorita? —un tipo de piel medio bronceada con cabello bien peinado fue quien le hablo primero.

—¡Miguel!

Le hablo su compañera de caderas anchas con jeans celestes, camisa manga larga con líneas que eran niveles del rosado y un cabello castaño. Aunque el atractivo físico de esa dama era notable, fue el lunar que tenía debajo de su ojo lo que más le llamo la atención al jovencito. La chica estaba algo nerviosa, por la forma en la que su amigo se refirió ante el cliente que tenían al frente.

Lyle casi resopló. Al menos ahora podría estar seguro de que no se encontraba en un mundo de fantasía, este tipo de situaciones solo podría pasarle a él.

—Perdone, no soy una chica... —contestó mientras su mirada se mantenía tranquila, aunque algo seria.

—Oh... disculpa, mi error

The Loud House CollisionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora