Lost in Parallel Worlds

capitulo 5

El punto de vista de Donnie

Espero que te guste 😜

Texto del capítulo

Cuando regresamos a la guarida, me invadió una sensación de urgencia. Mi instinto inmediato fue dirigirme directamente a mi laboratorio, el lugar donde podría usar mi experiencia tecnológica para encontrar a Mikey.

La ausencia de papá no hizo más que agravar la situación. Estaba con Draxum, dejándonos a nosotros a cargo de este giro inesperado de los acontecimientos.

Al entrar en mi laboratorio, el familiar zumbido de la maquinaria me envolvió. Mis ojos recorrieron la variedad de aparatos y monitores, pero el recuerdo de Mikey cayendo en ese portal atormentaba mis pensamientos. La situación era irreal y no podía quitarme de la cabeza la sensación de responsabilidad de traerlo de vuelta.

Mi mirada se desvió hacia un puf de color naranja neón que había en un rincón del laboratorio. Era el lugar favorito de Mikey. A menudo se sentaba allí y me escuchaba hablar de inventos y tecnología. A pesar de su apariencia despreocupada, Mikey tenía una capacidad única para absorber información e ideas, incluso si el resto de mis hermanos no compartían el mismo entusiasmo.

Leo solía escaparse de la habitación en cuanto yo empezaba a hablar, Raph desestimaba mis palabras con un "Está bien, genial". Angelo era el único que realmente se involucraba con mis divagaciones. La imaginación loca de Mikey y su perspectiva diferente alimentaban la mitad de mis inventos. Sus ideas y ajustes eran indispensables, lo que lo convertía en una parte irreemplazable de mi vida. Pero ahora, su ausencia dejaba un vacío en la guarida. Mientras miraba el puf vacío, Mikey, mi hermano pequeño, había desaparecido. La charla y las risas habituales que llenaban el laboratorio fueron reemplazadas por un silencio inquietante.

Me sacudí esa sensación y volví a concentrarme en la tarea que tenía entre manos. Empecé a trabajar en las computadoras, analizando los datos de los acontecimientos recientes. Cada pitido y parpadeo de la pantalla transmitía una sensación de urgencia. Estaba decidido a traer de vuelta a Mikey, a desentrañar el misterio del portal dorado que se lo había tragado por completo. El puf naranja neón parecía ser testigo silencioso de mi determinación. Era un recordatorio de la presencia de Mikey y del vínculo único que compartíamos.

Mientras me sumergía en mi trabajo, no pude evitar la esperanza de que, en algún lugar de lo desconocido, Mikey estuviera a salvo, esperando volver a su puf favorito y escuchar otra de mis divagaciones tecnológicas.