LIBERTAD DE SUEÑOS | MAFIN

#3 Lavandas del Monte

Era otro día de grabación de Libertad de Sueños. Las escenas comenzaron a grabarse desde temprano para aprovechar toda la luminosidad del día. Fina había llegado a las 8 y se arregló rápidamente en maquipelu para comenzar a rodar en exteriores junto con Petra.

Ese día Fina estaba contenta, no porque tenía que grabar con Petra justamente sino porque le tocaba su primera escena a solas con su compañera Marta y también compartirían almuerzo. No iba a negar que algo le pasaba con su compañera pero quiso creer que no es más que las ganas de conocerla para poder tener un vínculo de amistad fuerte que sostenga el vínculo ficticio de Alba y Marta del Monte.

Marta, por su lado, llegó al estudio directamente a grabar escenas estrictamente en la casa de la familia Del Monte. Para ella no eran más que relleno dado que no explotaban lo suficiente su gran personaje, sino que se enfocaban más en los protagonistas de la historia. Al menos estaba contenta porque se encontraba mejor de su pierna y no iba a tener dificultades durante el día.

La rubia llegó a su camerino luego de dos horas de rodar en la mansión y recordó esos minutos que estuvo hablando con Fina luego del rodaje en el día anterior. Rió al recordar lo celosa que había parecido estar con Petra, aunque no le dió mayor importancia durante ese momento.

Luego de acomodarse y repasar un poco el guión se da cuenta de algo importante. Al instante entra una productora a preguntar si está lista.

— Es hoy, verdad? — preguntó Marta a la productora.

— A qué te refieres? — contestó preguntando la productora.

— Hoy es mi primera escena con Fina... A solas... Marta del Monte y Alba Gea... Es hoy? — volvió a preguntar un poco agobiada.

La productora comenzó a reírse en su cara sin entender por qué lo preguntaría así de asustada.

— Qué es lo que te preocupa, Marta? Si ya os conocéis, tranquila. — intentó relajar la productora.

— Claro que ya hemos hablado pero no nos conocemos tanto y nunca hemos hecho una escena a solas... En caso que no haya química entre nosotras me van a terminar devolviendo a mi marido, no? — preguntó Marta algo preocupada.

— No hay que de qué preocuparse. Vosotras sois muy talentosas. — contestó.

Marta asintió y se dirigió a peinado y maquillaje para terminar de alistarse. Allí se encontró a Fina ya por salir.

— Buenos días Marta, qué tal está tu pie? — preguntó Fina luego de saludarla con dos besos.

— Buenos días Fina. Un poco mejor. Estás lista para nuestra escena a solas? — contestó Marta algo nerviosa.

— Pues yo sí, aunque tú te ves algo agobiada. Ha pasado algo que no me he enterado? — preguntó Fina frunciendo el ceño.

— No, nada. Solo me han venido un poco de nervios... — admitió Marta sonriendo.

— Tranquila Marta... Solo es la toma de la prueba para dependienta. Yo debería estar nerviosa... No vaya a ser cosa que contrates a la otra postulante — afirmó Fina rodando los ojos en broma.

Marta rió ante la ocurrencia de Fina e intentó tranquilizarse.

Ambas se acomodaron a cada lado del mostrador para comenzar el rodaje de la escena. Fina había pasado mucho tiempo ensayando esa escena y estaba tranquila porque sabía que debía parecer nerviosa dado que a su personaje le imponía mucho Doña Marta del Monte. Sin embargo, Marta, quién debía estar más dura y seria al tomarle la prueba como dependienta, estaba temblando y con una inseguridad que se notaba a lo lejos.