Capítulo 2: Destino Fallido

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Hiroki permaneció en silencio todo el camino hasta la sala audiovisual. A excepción de él y Doumeguri, todos los demás hablaban entre sí. Incluso Shizukuishi, que por naturaleza es una persona antisocial estaba, muy en contra de su voluntad, entablando conversación con algunas de las chicas que se le acercaban.

El adolescente rubio entendía que sus compañeros no quisieran interactuar con él, después de todo, su reputación no era la mejor como resultado de todas las peleas y problemas en los que había estado involucrado en su antigua escuela. Todas esas cosas ya eran conocidas por sus actuales compañeros de clase.

"Las noticias corren muy rápido, sobre todo si se trata de asuntos poco amistosos."

Desde la primera semana de clase, Hiroki sintió las miradas críticas e inquisitivas, no sólo de la mayoría de los alumnos, sino también de algunos profesores. El chico nunca dejó que esto le perturbara; para él, las opiniones de los demás eran tan importantes como un grano de arena. De hecho, nunca se dio cuenta de que, entre esas miradas llenas de condena e incluso miedo, había miradas soñadoras de algunas chicas que acabaron enamorándose de él. En la opinión de ellas, la reputación que había adquirido no les haría cambiar de idea de que el era un chico muy guapo y que, a pesar de ser frío y distante la mayor parte del tiempo, mostraba algunos destellos de amabilidad, lo que le añadía un encanto al parecer de ellas.

Por supuesto, Hiroki nunca se dio cuenta.

Por desgracia, uno de los rasgos más característicos de su antiguo yo que le había acompañado a lo largo de los años era su despiste en lo que se refería a las chicas. Los viejos hábitos eran difíciles de erradicar.

Al llegar a la sala de audiovisuales, los alumnos de la clase 2A se pusieron en fila tal y como había sugerido Ichinomiya para no causar jaleo en la entrada.

"Muy bien, pueden tomar sus lugares. Tan pronto como todos estén en sus asientos apropiados, explicaré la actividad que discutimos la semana pasada una vez más." - Comentó un profesor cuyo nombre Hiroki ya no recordaba mientras los estudiantes se dirigían a sus pupitres. Al cabo de unos minutos, el salón estaba abarrotado, sin nadie de pie aparte del profesor.- "Como mencioné en nuestra última lección, la tarea consiste en que elijan una ciudad del mundo y estudien su cultura, su gastronomía y sus monumentos más famosos. Por suerte para nosotros, tendremos la oportunidad única de llevar a cabo esta tarea de una manera totalmente inmersiva mediante el uso de la última tecnología de realidad virtual. En cada uno de vuestros pupitres encontraréis un HMD, que es la abreviatura de [head-mounted display] (pantalla montada para la cabeza). En pocas palabras, este dispositivo escaneará tus cerebros y llevará vuestras conciencias al lugar que hayáis elegido." - El profesor hizo todo lo posible por aclararlo. No era un profesional en el tema, lo único que había hecho era leer el manual que uno de los empleados de la empresa responsable de esta tecnología le dio, así que rezó para que todos entendieran lo que estaba diciendo.

''Kuh, por favor, no hagáis preguntas, adolescentes fastidiosos, no quiero tener que responder dudas sobre algo que ni siquiera entiendo!" - Se quejó internamente el profesor.

Mientras seguía dando un repaso básico de cómo utilizar el aparato, Hiroki se estaba aburriendo de escuchar al hombre mayor que no paraba de hablar. Distrayendose, se volvió hacia la persona más cercana a él.

"Qué tal, Shizukuishi-san. Qué ubicación vas a elegir?" - Preguntó con curiosidad y al mismo tiempo tratando de encontrar algo con lo que entretenerse hasta que todo empezara. La chica en cuestión le envió una despectiva mirada.

"No creo que eso sea de tu incumbencia, Mori-kun. Cállate y escucha lo que tiene que decir el profesor hasta el final." - Shizukuishi respondió, dirigiendo su atención hacia delante. Su respuesta hizo que Hiroki chasqueara la lengua.

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