Una galaxia pervertida, muy, muy lejana

#36 Decir la verdad

#36 Decir la verdad

"Mis felicitaciones son necesarias, Maestro. Su ascenso es bien merecido. Si tan solo hubiera sido en mejores circunstancias..."

Sonriendo levemente, Aayla inclina la cabeza.

—Gracias, mi Padawan. Sí... ojalá...

El hecho de que ambos estén arrodillados uno frente al otro en el salón compartido de su habitación con Shaak Ti, en lugar de estar ya involucrados en algún tipo de... actividad sexual, es un testimonio del estado actual de su relación. Tylo no lo llamaría tenso, necesariamente... pero ciertamente se había vuelto serio. Por otra parte, ¿qué sabía él realmente? Tal vez era tenso y él solo se estaba engañando a sí mismo.

Por supuesto, tenía una ventaja innegable, incluso ahora, sobre el recién ascendido Maestro Jedi frente a él.

Mantente fuerte, Aayla. No importa cuánto lo desees, ahora no es el momento.

Tylo sabe lo que ella está pensando, sabe que su amado Maestro está en el filo de la navaja entre follarlo y tratar de mantener cierto nivel de decoro y control sobre esta situación, y es muy consciente del poder que posee. Si quisiera, sin duda podría empujar a Aayla a olvidarse de todas sus preocupaciones con un excitante encuentro sexual.

Su mente retrotrae por un momento a la última conversación que él y Annie habían tenido en su camino de regreso al Templo Jedi. En ese momento, Padmé se había separado y solo estaban ellos dos en la parte trasera del transporte operado por droides. Así que, por supuesto, los dos Padawans habían tenido un coito de último minuto, con Annie saltando arriba y abajo sobre su pene, besándolo profundamente con sus brazos alrededor de su cuello.

Fue entonces y allí, cuando él había sido enterrado dentro de ella, que su compañera Padawan se separó de su beso para presionar su frente contra la de él y susurrarle algo increíblemente excitante.

—Sé que tienes otras relaciones sexuales, Tylo. No me importa. De hecho... quiero que sigas haciéndolo. Quiero que te folles a cualquier mujer que te dedique su tiempo. La idea de que las tomes, las domines, las folles sin piedad... es jodidamente excitante.

Tylo había quedado un poco desprevenido, pero los pensamientos de Annie le habían proporcionado el contexto que le faltaba. Su compañero Padawan estaba seguro de su amor mutuo. No solo encontraba la idea de que él follara con otras personas extremadamente excitante, sino que también confiaba plenamente en que, por mucho que su polla fuera compartida, ella SIEMPRE tendría su corazón.

Y... era verdad. Annie era la única a la que había esperado. Era la única a la que había mantenido a distancia hasta que ambos estuvieran listos para algo más. Y tal vez la base de su relación no se basaba completamente en la salud, gracias al trauma de Annie por las heridas que recibió de Dooku, pero de todos modos... no la cambiaría por nada del mundo.

Sin embargo, al mismo tiempo... Aayla Secura era su Maestra. Y hacía tiempo que había llegado el momento en que necesitaba dejar de mentirle.