Capítulo 9

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En la residencia de los Lomonosov, Suyeon estaba paseando en círculos por la oficina de Mikhail

- los niños están preocupados -

Suyeon se paró a mirar a su esposo, quién entró a la habitación con un ramo de tulipanes blanco

- Lo siento, estoy preocupada por Lisa... -

Admitió acercándose a su esposo

- ¿Lisa? -

Se confundió

- La esposa de Sasha -

Explicó

- Ah....¿Y por qué? -

Entregó el ramo a su esposa

- Lleva sin aparecer meses a las reuniones esas raras entre mafiosos -

Agarró el ramo y se sentó en el sofá

- Fyodor y Yiwon están preocupados -

La acompañó

- ¿Preocupados? -

Lo miró confundida y sorprendida

- Sí y me han pedido interferir por ellos -

Suyeon se rió levemente, dejando el ramo en un jarrón

- ¿No son los niños los que interfieren naturalmente por los padres? -

Sonrió levemente

- Está vez soy yo -

Acarició la mejilla de su esposa

- Hablaré con ellos, no te preocupes -

Se inclinó en la caricia

- Mejor vamos ahora -

Sujetó su mano y la llevó a fuera de la oficina

Sasha observaba como Aleksandr sujetaba una pistola CZ P-10, Aleksandr apuntaba a un niño que tenía su misma edad más o menos

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Sasha observaba como Aleksandr sujetaba una pistola CZ P-10, Aleksandr apuntaba a un niño que tenía su misma edad más o menos

- ¿Qué esperas? Dispara -

Frunció el ceño harto

- No veo la razón -

Bajo el arma

- ¿Necesitas una? -

Lo miró

- Mato por algo, debo saber por qué lo voy a matar -

Le devolvió la mirada llena de cansancio y molestia

- Te insulto -

- Y lo golpeé, además tu ya mataste a sus padres, ¿Por qué tengo que matarlo a él? -

Miró al niño que estaba llorando amordazado pidiendo ayuda

- Si no lo haces, lo haré yo -

Sasha se hartó, Aleksandr alzó de nuevo el arma y apunto al niño, se mantuvo en silencio antes de soltar el gatillo y dispararle a su cabeza

- Bien hecho.... -

Aleksandr miró a su padre en silencio asintiendo

- ¿Me retiro? -

Sasha asintió y Aleksandr se fue del campo del tiro a la biblioteca, una vez allí empezó a leer una montaña de libro por un rato, hasta que oyó un portazo

- ¿Qué tal está mi Caesar? -

Sonrió acercándose a él

- ¿Qué quieres Dmitry? -

Alzó la mirada para ver a su primo

- Mi padre vino a ver al tuyo, así que te vine a encontrar -

Sonrió

- Oí que hace unos meses hiciste una rabieta por una mujer -

Frunció el ceño molesto al oír a su primo

- ¿Por qué lo hiciste? -

Apoyó sus manos en la mesa

- ¿Qué te importa? -

Cerró el libro

- Lo hice por que quise -

Se levantó molesto

- No eres de hacer las cosas porqué sí -

Se encogió de hombros

- No hay mucho que hablar del tema, mi padre me prohibió volver a mencionarla -

Agarró un libro y antes de que Dmitry pudiera decir algo salió de allí, dejando al otro niño callado antes de que soltera una carcajada

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