Capítulo 8

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Los nervios eran palpables, una fiesta del té privada, para ella y su hijo, niño que no había visto en casi cinco años. Cuando Sasha la avisó de que vería al niño, ella se emocionó y empezó a cuidarse, no quería que su hijo la viera como un ser inexpresivo y que pareciera un zombie, la fiesta del té, era justamente en el cumpleaños de su hijo. Al llegar, se bajó del auto siendo seguida por Sasha, ambos entraron a la mansión y Sasha la llevó frente a una puerta

- Tienes seis horas para estar con él, úsalas como quieras -

Vasilisa asintió antes de darle un abrazo y entrar a la habitación detrás de esa puerta. Vasilisa entró un tanto nerviosa, su hijo tendría cuatro años y cumpliría cinco ese mismo día y ella podía estar presente, se acercó a la mesa y esperó pacientemente, otra puerta, a la esquina de la habitación, entró un niño rubio cenizo y ojos grises, el niño se acercó a ella y la saludó con una leve reverencia

- No es necesario Aleksandr -

Sonrió acariciando el cabello al niño, el pequeño asintió sentándose en la silla frente a la mujer

- Y cuéntame Aleksandr, ¿Cómo estás? -

Sonrió tratando de calmar el ambiente tenso que se iba creando

- ¿Quién eres? -

Vasilisa se quedó sorprendida por las palabras del niño, Sasha jamás la mencionó frente al niño

- Soy tu madre... -

Dijo tratando de que su voz no se quebre, el niño alzando la mirada

- Vasilisa me llamo -

Se presentó, el niño la miró en silencio antes de asentir, ella sabía que debía llenar el vacío que tenía ese niño de amor maternal en las seis horas que Sasha la había dado

El pequeño Aleksandr yacía dormido en la alfombra de aquella habitación, con una leve sonrisa y respiración casi agitada, ella estaba segura que lo había logrado, jugó con el niño a las escondidas, leyeron libros, dibujaron cosas, tocaron el piano...

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El pequeño Aleksandr yacía dormido en la alfombra de aquella habitación, con una leve sonrisa y respiración casi agitada, ella estaba segura que lo había logrado, jugó con el niño a las escondidas, leyeron libros, dibujaron cosas, tocaron el piano y exploraron la habitación antes de ponerse a hablar de cualquier cosa y ella le contará un cuento a Aleksandr para que se durmiera, no sabía cuantas horas habían pasado pero si que lo había disfrutado, también cayó dormida abrazando al niño a su lado.

Se despertó, al oír llantos, miró alrededor y vió al niño siendo llevado, quiso detenerlo pero Sasha la sujetó

- ¿Qué haces?¿¡Por qué se llevan a Aleksandr!? -

Miró a su esposo quién mantenía una mirada serena y calmada ante la situación

- Las seis horas ya pasaron, debe regresar a su horario -

La devolvió la mirada y habló con un tono calmado

- Sasha lo estás maltrando, déjalo estar un rato más conmigo -

Suplicó sujetando el brazo de su esposo

- No, creas vínculos con él, me sorprende que en seis horas hayas un hecho un vínculo tan grande con él -

Miró por la puerta en la cual se habían llevado al niño

- Es mi hijo, claro que lo iba a hacer -

Frunció el ceño molesta, Sasha la hacía ver que era incapaz de mucha cosas

- Que bien, porqué es la última vez que lo verás -

Sonrió, confundiendo a Vasilisa

- Sasha ¿A qué te refieres? -

Lo miró tratando de entender, mientras que Sasha la sacaba de la mansión

- No me ignores Sasha ¿Qué quisiste decir?

Sasha siguió callado, abriendo la puerta del auto, empujándola adentro y cerrando la puerta, indicando al chófer que podía arrancar

- ¡Sasha! -

Gritó pateando la puerta viendo como el coche arrancaba.

Abrazó sus piernas harta de todo eso, la hacía ver a Aleksandr y después decía que era la última vez que lo vería, eso no tenía sentido en su cabeza, alzó la vista a la ventana y vió bosque, árboles y árboles que tapaban la luna menguante de esa noche, el coche se detuvo frente a una casa abandonada, Vasilisa se hacía una idea ya, ni siquiera intento nada cuando la sacaron a la fuerza del coche

Los criados miraban como el niño que hacía unas horas estaba calmado, ahora lloraba entre sus sábanas, habían intentado de todo, Sasha inclusive compró una tienda entera de juguetes que Aleksandr solo decapitaba, le trajeron sus postres favoritos ...

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Los criados miraban como el niño que hacía unas horas estaba calmado, ahora lloraba entre sus sábanas, habían intentado de todo, Sasha inclusive compró una tienda entera de juguetes que Aleksandr solo decapitaba, le trajeron sus postres favoritos que Sasha le había prohibido comer, pero él solo los tiraba al suelo o los lanzaba a los criados diciendo que estaba mal hecho, todo exigiendo ver a la mujer que estuvo con él hacía unas horas, esa mujer que se hacía llamar su madre

- No puedes pedir el mundo cuando no puedes cuidarte a ti mismo -

Sasha frunció el ceño sentándose al lado de Aleksandr quién le dió la espalda mirando a la cabecera

- Con esa actitud no vas a hacer que la traiga -

Aleksandr abrazó la almohada que tenía en brazos, tratando de no voltear a ver a su padre

- Me dijiste que mi madre no existía -

Se aferró a la almohada tratando de recordar el calor que le dió esa mujer hacía unas horas

- Fue necesario para que no actuarás así como éstas ahora -

Sasha explicó viendo como el niño lo miraba de reojo levemente

- ¿Podré verla alguna vez más? -

Susurró sin mirar por completo a su padre

- ¿Qué? -

La pregunta del niño sorprendió a Sasha

- ¿Podré volver a ver la mujer que vino hoy a visitarme diciendo que era mi madre? -

Volteó a ver a su padre, sin soltar la almohada

- No. -

Declaró sin interés

- ¿¡Por qué no!? -

Se levantó en la cama mirando molesto a su padre

- Porque yo lo digo -

Se levantó y caminó hacia la puerta abriendo la puerta

- Cambia esa actitud antes de que vuelva a venir a verte -

Salió de la habitación, Aleksandr lo miró molesto antes de levantarse y comenzar a patear todo lo que estaba en su habitación

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