10. do you want to pass?

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📍Maranello, Italia
🗓 22 enero de 2024

-¿Carlos?- pregunté confundida de verlo ahí.‐ ¿Qué haces aquí? ¿Estás bien?

Me parecía raro que estuviera ahí después de haberme dicho que me mantuviera al margen de todo y que hiciera mi trabajo y ya.

-Hola.- murmuró. Se intentó levantar, pero fracasó en el intento.- Mierda.

Me acerqué y le ofrecí mi mano, pero poco podría hacer teniendo en cuenta que tendría que pesar unos 20 kilos más que yo. Agarró mi mano e hice un intento para estabilizarlo y pudo levantarse.

-¿Estás bien?

-No.- a pesar de su negación soltó una risita.- Creo que he bebido un poquito de más.

-Carlos, será mejor que te vayas a tu habitación, si alguien te ve aquí y…

-Quería hablar contigo, necesito hablar contigo.

Sus palabras me dejaron muda.

-¿Conmigo?- dije confundida y me señalé con mi dedo índice incrédula. Él asintió.- ¿Quieres pasar? Tengo pizza.

-Vale.- murmuró.

Abrí la puerta de mi habitación y le invité a pasar. Se quedó de pie en medio de la habitación.

-Te puedes sentar.- le dije y me hizo caso sentándose en la cama. Parecía un niño regañado. Me quité el abrigo y fui a la pequeña nevera para sacar una botellita de agua.- Toma, bebe un poco, te vendrá bien.- había cuidado a Natalia borracha y a Alejandro también, tenía mi práctica.

No podía decir que el piloto estuviera borracho, pero tampoco estaba en sus cabales, porque sino no estaría en mi habitación.

-Gracias.- dijo con un hilo de voz.

-No es nada.- abrí la caja de pizza y la puse encima de la cama, entre los dos.- Come.

-Qué mandona.- se burló y yo le miré con una ceja alzada.- Perdón.- sonreí divertida y negué ligeramente.

Carlos agarró un trozo de pizza y yo hice lo mismo, ninguno de los dos habló, cenamos en silencio. Yo no sería la primera en hablar, no tenía nada que decir.

El silencio entre nosotros era denso, pero no incómodo. Cada uno estaba en su propio mundo, comiendo en silencio. A pesar de la extraña situación, había algo casi relajante en compartir una pizza con Carlos, aunque seguía siendo surrealista verlo sentado en mi cama.

Después de terminar de cenar, Carlos dejó caer la cabeza hacia atrás, apoyándola en la pared. Sus ojos estaban entrecerrados, y por un momento pensé que se había quedado dormido.

-Lo siento.- murmuró.- Por lo de antes, siento haberte hablado así.

-No pasa nada. Notó cuándo alguien está pasando un mal día. Y, bueno, no suelo tomarme las cosas tan a pecho cuando no creo que sean personales.

No recibí respuesta, se quedó en silencio, mirándome, ¿debía decir algo más? Las interacciones sociales no son lo mío.

-Lo ha sido.- dijo al cabo de casi un minuto.- Un mal día.

-¿Por eso estás medio borracho a las diez y media?

-Sí, supongo. No suelo beber, te lo juro.- se excusó.- Necesitaba hablar con alguien. Necesitaba hablar de verdad. Todos me dicen que me entienden, que comprenden mi enfado, pero no es verdad, lo dicen por compasión. Y algo me dice que eres buena escuchando.

-Eso dice mi madre.- él sonrió ante mis palabras.

-María también sabe escuchar, siempre me escucha quejarme. Es una mujer increíble.

Gold rush | Carlos Sainz (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora