El joven Aidan Gallagher ha dedicado toda su vida a ayudar a su padre en la librería, pero su mundo cambia inesperadamente cuando una actriz entra por la puerta.
➹ Cover hecho por @DarkDevil_23 de @Star_Club_
⚠ Faltas ortográficas
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Emily se acercó a la mesa llena de bebidas, y de piqueos. Sin pensarlo dos veces se sirvió un poco en un vaso, intentado despejar su mente. Había estado dando vueltas por toda la fiesta, sonriendo, tomándose fotos y ninguno de esos momentos pudo estar con Aidan, siempre cuando estaba a punto de acercarse a él o unos de sus amigos, alguien se acercaba a ella con timidez esperando una foto. A veces Aidan solo le sonreía amablemente, encogía sus hombros y ella nuevamente se perdía entre la multitud.
Un poco cansado, sin duda alguna, pero al menos Emma, siempre la sacaba del apuro. Ella sentía que debería agradecérselo por todo el resto de su vida. Cuando aceptó conocer a las amigas de Emma, nunca creyó que terminaría conociendo toda la fiesta.
Sintió los pasos de alguien cerca suyo. Ella soltó un suspiro silencioso y empezó a sonreír, pero al voltear y ver la persona que tenía frente suyo, aquella sonrisa fingida se convirtió en una de felicidad.
—Por fin —dijo Aidan, acercándose un poco más—. Pensé que nunca más, hablaría contigo.
Ella soltó una risa.
—Por un momento, también creí eso —confesó Emily—. Es bueno saber que eres tú.
Él sonrió, mientras se acercaba a la mesa a servirse un poco más en su vaso. Emily lo miró observando cada uno de sus movimientos. Por segunda vez recordó las palabras de Chloe: ‹‹No quiero que juegues contigo misma ni con ese chico que también puede estar impresionado contigo››.
Si, había notado el nerviosismo de Aidan cada vez que estaban juntos y la complicidad que había entre ellos, pero aún así. Ella intentaba hacerse creer que solo era amistad. Sabía que no debería involucrarse más con Aidan. Chloe tenía razón, tal vez estaba jugando con fuego. Pero cada vez que lo miraba, todas sus resoluciones se desvanecían.
Una intro conocida hizo que Emily chillara de emoción, sus ojos brillaban mientras agarraba la mano de Aidan y lo jalaba hacia la pista de baile improvisada.
—¡Adoro esta canción! —dijo ella, arrastrándolo con determinación.
Aidan vaciló un segundo, mirando de reojo a la gente, pero al notar la sonrisa de Emily y la emoción en sus ojos, no pudo evitar sonreírle de vuelta. Aunque la vergüenza le subió al rostro, decidió seguirla sin protestar.
Ella comenzó a moverse con la música de forma despreocupada y libre, mientras él hacía lo posible por seguirle el ritmo, sintiéndose un poco torpe. Aidan nunca fue un buen bailarín, y ahora, con la mirada de algunas personas sobre ellos, el calor subía por su cuello. Pero cada vez que sus ojos se encontraban con los de Emily, su incomodidad se desvanecía poco a poco.
—Ain't been hypnotized by you... —susurró Emily de manera exagerada y ronca mientras bajaba con movimientos suaves, en clara imitación de la canción.
Aidan soltó una risa, a medio camino entre nervioso y divertido. Se quedó mirando cómo ella bailaba, con una libertad tan desenfrenada que, por un momento, se olvidó de lo mal que lo estaba haciendo.