Apagó el televisor, y tomó el teléfono para revisar sus mensajes nuevos. Pero al intentar prenderlo este no lo hizo, se quedó en pantalla negra, realmente el telefono habia acabado con su función.
— ¡Oh Dios mío!— Exclamó Rhea.
Ahora sabía que se había quedado incomunicada para la sociedad. Busco entre el cajón de sus teléfonos viejos para saber cuál funcionaba aún que sea un poco, pero para su suerte absolutamente todos estaban descompuestos.
Antes de entrar en un ataque de estrés, recordó la oferta de Francis. La idea de comprarle el teléfono rodeaba su cabeza, una parte de ella le pedía seguir su corazonada, y la otra seguir la logica ante la situación.
Su adicción al teléfono le ganó ya que al día siguiente en la oficina se acercó a Francis.
— ¿Sigue en pie lo del teléfono?— Le pregunto Rhea en voz baja a Francis.
Francis tembloroso asintió.
— Solo tiene un pequeño detalle— dijo Francis — Está bloqueado.
— Yo lo desbloqueo— Dijo Rhea.
Francis la miró con una mezcla de sorpresa y preocupación. No era fácil desbloquear un teléfono, especialmente si estaba protegido por un código o un patrón complicado. Sin embargo, la determinación de Rhea era palpable.
— Bueno, si estás segura… —dijo Francis, dudando un poco—. Te cobraré 17 dólares por el.
Rhea sonrió, sintiéndose impulsada por una mezcla de emoción y adrenalina. Se imaginó con el teléfono en sus manos, listo para volver a estar en contacto con el mundo.
El resto del día pasó volando mientras Rhea se mantenía concentrada en su trabajo, pero la idea del nuevo teléfono la mantenía inquieta. Cuando finalmente llegó la hora de salir, se dirigió a la casa de Francis con un ligero temblor en las manos, ansiosa por ver el dispositivo.
Al llegar, Francis la recibió con una sonrisa nerviosa y le entregó el teléfono. Era un modelo más antiguo, pero aún tenía un diseño atractivo. Rhea lo observó detenidamente, buscando signos de daño.
— Aquí está —dijo Francis, señalando la pantalla negra—. Solo tienes que encenderlo y, si quieres, intentar desbloquearlo.
Rhea tomó el teléfono, sintiendo el peso de la decisión en sus manos. Respiró hondo y presionó el botón de encendido. La pantalla parpadeó y se iluminó brevemente, pero luego volvió a quedar en negro.
— Oh no… —murmuró Rhea, sintiéndose frustrada— Tendré que buscar maneras de desbloquearlo en línea.
Francis se fue, contento por haber recibido los 17 dólares que usaría para unas cervezas.
Rhea no dijo nada de ese asunto a Rubén, y mintió al decir que había encontrado ese teléfono en un cajón viejo y aún no recordaba el patrón.
Al llegar a casa, busco maneras para desbloquearlo pero cualquier intento parecía fracasar, resetearlo no sirvió de nada.
Cansada decidió poner el teléfono a un lado de su cama, sabía que no había podido desbloquearlo pero iría con un técnico al día siguiente.
En la media noche, justo cuando la oscuridad envolvió su habitación, se prendió el teléfono.
Ella por inercia abrió los ojos y sintió un escalofrío recorriendo su cuerpo.
A la mañana siguiente aquel escalofrío había sido cosa del pasado, la preocupación por el teléfono había tomado el control de sus pensamientos. Rhea se levantó rápidamente de la cama, se duchó y se preparó para el día.
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El teléfono de la muerte
Mystère / Thriller* *Trama:* Rhea compra un teléfono usado con un conocido, pero pronto descubre que pertenecía a una mujer que desapareció misteriosamente. Intrigada, Rhea decide investigar más a fondo y visita el lugar donde se encontró el teléfono. El asesino cree...