Sin miedo a nada

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Después de besarme con mucha fuerza, Jax usó sus grandes y firmes brazos para cargarme.

-¿Jax? ¿Qué haces?

-Te llevaré a nuestra habitación, debes estar cansada. Pero no sin antes dar un pequeño paseo por ahí.

-¿Nuestra habitación? ¿Desde cuando te la apropiaste?

-Bueno, si te pones a pensar, es como si todos los cuartos fueran míos, ya que tengo todas las llaves.

-Estás demasiado roto, deberían nerfearte.

-¡Jaja! Claro que no. Ya verás, esto no es ni la punta del iceberg. ¡Vamos!

-¡Hey! ¡No corras!

-Venga, sujétate. Eres ligera como una pluma, pero no quiero que te caigas.

Jax nos llevó por la carpa del circo hasta que llegamos a una gigantesca alberca de pelotas de colores.

-Dime, ¿sabes nadar?

-Jax, no te atrevas -dije al notar que empezaba a balancearme para aventarme.

-Eso no responde mi pregunta, no puedo saber si sabes nadar, tendré que averiguarlo.

-¡No! ¡Bájame, travieso!

-Uno... Dos... ¡Tres! ¡Adentro!

-¡Ay! -dije cayendo en la piscina, la cual era más o menos profunda, pero se glitcheaba un poco -Ok esto no está tan mal.

-¡Bola de cañón!

-Oh, oh.

Jax juntó sus piernas y saltó hecho bolita a la alberca de pelotas. Estaba hiperactivo y contento, me alegraba verlo así de repente.

Las bolas se esparcieron por todo el lugar y me preocupaba que Caine nos llamara la atención por eso, pero igual me gustaba andar de juguetona con Jax.

-¿Ves que fue una idea genial? Sólo déjate llevar. Vengo aquí a veces para relajarme después de una aventura decepcionante de Caine.

-Lo admito, es buena idea. Pero, ¿a qué venimos? ¿Todo bien? ¿Quieres hacer algo?

-Dominar al mundo.

-Ay, eso es demasiado ambicioso, jaja.

-Puede ser.

-¿Cómo vas a conquistar el mundo? Es imposible.

-Pero tú eres mi mundo, tonta.

-Jaja... Cursi -dije tratando de que no note mi sonrojo al oír esto.

-Así que...

Se acerca peligrosamente a mí.

-Prepárate para ser dominada.

-Oh, cielos -dije tragando saliva.

Tomó mi rostro en sus manos enguantadas para besarme, esta vez de manera muuuy mojada. Usó su lengua perfectamente para hacerme sentir adorada.

-Eres mía, ¿lo sabes?

-S-sí, Jax.

Continuó besándome, ahora también en mi cuello. Me fue empujando a la orilla de la alberca, poco a poco. Empezó a tomarme de la cintura.

-¿Te sientes bien al estar conmigo?

-Sí, mucho.

-Espero por tu bien que así sea. Lo estoy dando todo por ti.

Me detuve.

-¿Y qué es "todo", Jax?

Se hizo para atrás y se recargó en la orilla con ambos brazos.

Mi bad boy digital (Jax y tú) - The Amazing Digital CircusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora