Abstracción

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-¡Alto! ¡Alto! ¡Jax! -exclamé aterrorizada, intentado que el conejo me soltara.

-¿Qué? ¿Qué te pasa? -se detuvo y me miró inquieto, un poco molesto por detenerlo.

-Jax, ¿qué fue eso? ¿Quieres explicarme? No pareces muy sorprendido. ¿Sabías de ese monstruo? -dije muy alterada, apenas pudiendo hablar.

Soltó un suspiro.

-Sí, lamento no habértelo contado antes, no creí que volvería a pasar tan pronto.

-¿Cómo? ¿A qué te refieres? ¿Ya había pasado? ¿Qué es?

-Ese "monstruo" que viste ahí era Kaufmo.

-¡¿KAUFMO?! -grité.

-Shhh, no seas escandalosa -dijo tapándome la boca con la mano un momento-. Sí, era Kaufmo. Como Ragatha lo dijo, cuando alguien llega a su límite mentalmente hablando, se transforma en esa enorme maraña de ojos multicolores.

-Yo... Es decir... Yo podría también... -dije muy nerviosa, sin poder articular siquiera una frase, respirando muy rápido.

-Calma, reina, tranquilízate. ¿Qué fue lo que te dije? Yo estoy aquí para protegerte, no te va a pasar nada.

-Pero...

-Kaufmo ya estaba en un estado mental muy deteriorado. Así como ayer se quejó de Ragatha, también ha tenido otros quebrantos raros. Era cuestión de tiempo.

-¿Cómo se supone que ocurre?

-Difícil saberlo. Nadie ha presenciado la abstracción en realidad. No creo que sea algo bonito de ver, ¿o crees que sí?

-Pero, yo... Es que fue horrible, ¿cómo puedo evitarlo?

-Respira, Dazy, serena. Venga, inhala, exhala, inhala, exhala.

Hice ejercicios de respiración profunda. Me calmé un poco, pero seguía con muchas dudas. Esto era demasiado extraño, incluso un poco traumático. Creo que tendré pesadillas.

-Jax, ¿cómo puedes estar tan tranquilo? ¡Perdimos a Kaufmo!

-Él no me importa, me importas tú.

-¿Ah?

-Te lo he dicho ya, quédate conmigo, yo te cuidaré. Evitaré que tengas malos pensamientos y si sigues mi consejo de sólo rolear y divertirte, estarás bien como yo.

-¿De verdad? ¿Me lo prometes?

-Con el corazón te lo juro, vamos a estar bien.

-Oh, ok.

Se me quedó viendo un momento y cambió su semblante molesto a uno más comprensivo. Su sonrisa me tranquilizó.

-Awww, te espantaste, qué tierna -dijo volviendo a sonreír-. Ven aquí, todo va a estar perfecto, créeme.

Tomó mi mano y me jaló hacia él para abrazarme. Eso hizo que mi corazón alterado bajara la intensidad de sus latidos. Sólo unos segundos bastaron para que Jax me calmara. Adoro la magia que está haciendo conmigo.

Sentir su respiración tan cerca de la mía fue divino. Me puse un poco nerviosa, pero al menos ya no era por Kaufmo. Ahora mismo sólo podía pensar en la sensación de que Jax me tuviera entre sus brazos. 

Su manera de abrazar es bonita, te atrapa como si fueras sólo suya, pero también te acaricia para hacerte saber que estás a salvo.

-Gracias, Jax... Aun así, debiste habérmelo dicho.

-Lo lamento, ¿sí? No se dio el momento, además no es algo de lo que me fascine hablar. Creí que con la explicación de Ragatha era suficiente -dijo soltándome.

Mi bad boy digital (Jax y tú) - The Amazing Digital CircusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora