Los ojos bonitos son los que más duelen

Y solo me hago daño al hablarte, pero no sé cómo dejar de amarte.

¿Acabo de sobrevivir a mil puñaladas, o solo te perdí?
Y quiero verte volver, aunque hayas dejado mi corazón caer.

Odio que conozcas el apodo que me dio mi mamá; odio que en cada persona que conozco estás.

Odio lo perfecto que eres y odio que no me puedes amar; odio que pensar en tus abrazos me hace llorar.

Odio que no importa cuánto, yo te espero. Que algún día regreses es lo que más anhelo.
El arte de extrañarte y el dolor de no poder tocarte.
Si sufrimos los dos, es por tu culpa, porque yo me sacaría el corazón para entregártelo.

Y si te digo que te amo, no te miento; tan perfecto, tan fresco, tan efímero como el viento.
Tan destructor, tan egoísta, tan doloroso: mi mayor tormento.

¿Cómo me saco este dolor del pecho?
¿Cómo dejo de amarte? Eres el amor de mi vida, es lo único que sé, es el único hecho.

Diez páginas que no leerás.
Una cabaña en la que nunca entraré,
plantas que nunca regaré.

¿Qué hago con los votos que di? ¿Con la novela que no te escribí? ¿Con los besos que no recibí? Te amo y odio que estás en cada parte de mi cuerpo, porque te lo permití.

¿Qué hay de los hijos que tendríamos? ¿Los viajes que viviríamos? Te extraño, pero no puedo seguir llorando. En el eco de tus palabras, mis sueños se mueren.
Prefiero el vacío a vivir de nuevo todas las acciones que tanto hieren, porque ahora sé que los ojos bonitos son los que más duelen.