02| Ojos grises

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—¡¿Ashton Millard?!

La fuerte (y al parecer enojada) voz del profesor de matemáticas me hace regresar a la tierra después de estar absorto en mis pensamientos, reincorporándome en mi asiento ante el susto.

—¡P-presente! —Respondo en voz alta por el susto, provocándoles gracia a mis compañeros que no hicieron el mínimo esfuerzo por avisarme que el profesor estaba pasando lista, a la vez que este blanquea los ojos por mi despistes, anotando mi asistencia. Dios, había olvidado que estaba en la escuela.

Ni siquiera pude dormir en toda la noche, apesar de haber estado muy agotado por el día anterior. Todo lo que ví en aquel lugar se repetía en mi mente, como si de un disco rayado se tratase, dejándome intranquilo y sin poder pegar el ojo en toda la noche.

Los meseros semidesnudos, los bailarines privados, cuándo les bailaron a las chicas justo a mi lado, sus bailes tan exitantes... Dios, hasta los guardaespaldas atractivos los imaginaba en mi habitación gracias a la luz tenue de la calle, y aunque quisiera evitar esas alucinaciones cerrando los ojos, lo único que lograba era aclarar sus siluetas mucho más. Milagrosamente no soñé con eso, pero si no lo hice fue básicamente porque no dormí. Pero lo peor fue que, en varias ocasiones... Tuve una maldita erección ante esos recuerdos...

Pero apesar de eso, no hice nada que me convierta en un piano embrujado, ya que jamás lo he hecho y ni lo volvería hacer. No soy un pervertido, por algo me oponí a ir a ese lugar, aunque de todas fuí a la fuerza.

Y justo por eso ahora me muero de sueño. Cuándo por fin sentí que podría dormir sin temor de tener un sueño húmedo, la alarma de mi celular suena, obligándome a alistarme para ir al colegio, y el no haber dormido nada me hacía ver como un zombie. E incluso, cuándo bajé a desayunar, mi mamá comenzó a darme una gran reprimenda por haber tomado alcohol, idea que sacó por culpa de mi rostro que me hacía parecer que tenía resaca, cuándo yo no había tomado ni una sola gota de alcohol en toda la noche.

—¿Qué es lo que le sucede a este grupo que está tan distraído...? ¡¿Damian Wagner?! — Doy un respingo al escuchar nuevamente la irritada y a la vez cansada voz del profesor, aunque esta vez, no va dirigida a mí.

Dirijo mi mirada hacia los asientos de la primera columna, exactamente en el último lugar junto a la ventana, dónde se encuentra un chico de espalda ancha, también usa una sudadera gris por debajo del saco negro del uniforme, su cabello es ondulado de un color castaño oscuro y mantiene recargada su cabeza sobre la ventana junto a él, pero esto cambia en cuanto se reincorpora de un golpe al escuchar al profesor decir su nombre, reaccionando igual que yo hace un momento.
Damian Wagner, mi compañero de matemáticas e informática, pero apesar de eso, no he podido convivir mucho con él, ni siquiera en informática dónde somos pareja. De asiento, compartimos mesa dónde hacemos nuestros trabajos, por eso somos pareja, no por otra cosa. Y en matemáticas, la clase en la que ahora estamos ni siquiera cruzamos miradas al estar separados del otro, y también, porque ambos somos unos completos marginados sociales, él más que yo.

—¡Presente! —Grita el chico algo aturdido por el mal genio de nuestro profesor, te entiendo querido compañero, a mí también me asustó el viejo.

"Dios, el no haber dormido en toda la noche trae consecuencias..

Apesar de que no pude dormir por la culpa de haberle quedado mal a mi jefa en el primer día de trabajo y el miedo que sentí al pensar que aquel chico me hubiera reconocido, tampoco pude descansar porque Lauren se puso mal en la noche, por lo que tuve que permanecer en vela por ella.

Esto está mal, necesita sus medicinas, y si sigo faltando a mi trabajo, no me pagarán y ella no podrá tener su tratamiento... Debo seguir, sin importar quién vaya a ese lugar, no puedo volver a quedar mal, si tanto es me pongo una máscara y ya.

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⏰ Última actualización: Oct 11 ⏰

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