𝐔𝐧𝐨

193 24 5
                                    

𝐴𝑟𝑖𝑎𝑛𝑛𝑒

Cruzar los pasillos con ese humor nunca fue lo mas fácil, se sostuvo de la pared a su lado para hincar un poco su espalda y quitar sus tacones de manera abrupta. Los guardias, desconocidos ante su accionar y su mal humor permanecieron atentos si es que la princesa requería algún tipo de ayuda.

— Estoy bien — reclamó ante las miradas que podia sentir en su espalda — no es necesario hacer nada.

Los sujetos asintieron, sin decir una palabra, la princesa se esfumó tan rápido como le fue posible, tan distraída en su rabia que terminó chocando con una delicada presencia, antes de que pudiese caer la sostuvo con firmeza en sus brazos.

La chica alzó su mirada, sus ojos preocupados fueron la primera expresión reflejada en su pálido rostro.

— Arianne — su querida hermana menor, Helena, exclamó en un tono suave, como si temiese alzar la voz y perturbar a su hermana ante su estado anímico — me he enterado.

La princesa mayor, gruñe, su expresión ahora lo dice todo y su hermana entonces la abraza, su acto de amor es delicado, siempre ha sido muy apegada a ella, como su pequeña sombra, de buena manera claro está.

Arianne, cuyo humor solo varía a buen estado cuando se trata de su pequeña, la rodeó cálidamente con sus brazos, enterrando su nariz en el cabello castaño de su menor, aspirando la dulzura de sus hebras.

Helena se acurrucó contra pecho, escondiéndose en el espacio de su cuello, aspirando su dulzura también.

— De pequeña adorabas esconderme en mi cuello cuando decías que habían criaturas bajo tu cama.

— Aun amo esconderme aquí.. — susurra con voz suave, acurrucándose aún más — me siento segura aquí.

— Lo estás, Helena, siempre que estés conmigo no tendrás nada de que temer.. — Arianne saca a su hermana de su hombro, mirando sus bellas orbes de colores verdosos y sonríe suavemente — mi dulce niña.

Helena expande sus labios en una mueca adorable, sus ojos brillaron y parecía un lindo ciervo admirando un bello paisaje.

— Iré contigo.

Dice, ambas comparten una mirada confusa, aquellas palabras fueron lanzadas sin pensar y ambas lo sabían.

La mayor de ambas, alzó una ceja, su rostro ahora más serio.

— No.

Es rotundo, la menor hace un gesto de tristeza, pero sabe que puede convencer a su hermana, como siempre.

— Por favor, Ari... — susurra con voz suave, sosteniendo de manera suave pero desesperada los brazos de su hermana que también la sostenían a ella. — no me alejes de ti, prometiste estar siempre conmigo.

Arianne siente su corazón ser arrancado con furia, sus ojos se humedecen un poco ante la presión en su pecho.

— King's Landing no es un lugar para las niñas como tú — brama con un tono estoico, pero preocupado — siempre lastiman a niñas pequeñas, y aquí tu estarás a salvo, protegida de ellos.

Helena se mantuvo en silencio, ver la preocupación por ella en los ojos de su hermana, sus prontas y propias lagrimas incrementaron su desesperación por estar junto a ella.

— No, prometiste que siempre que estuviese contigo tu me protegerías, ¿porqué rompes tu promesa ahora? — la pequeña, cuya edad es propia de una dama, solloza.

Arianne deja salir un sollozo que se ahoga en su garganta cuando ve el estado de su menor.

— ¡Lastiman niñas, Helena!, ¡la arruinan! — desesperada sostiene a su hermana, abriendo sus ojos mientras la sacudía, como si intentase hacerla entrar en razón. — Los rumores de Aegon el principe, son los peores, al igual que los de ese reino blasfemo, Hel, dulce, escúchame. Desposaré al principe Aemond, hermano menor de Aegon, ¿cómo podrías estar a salvo con el viviendo junto a nosotros?

Hidden desire | Alicent Hightower.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora