Chapter 10

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⚠️Advertencia de contenido⚠️
Este capítulo contiene descripciones explícitas de violencia y temas sensibles, si te sientes incómodo con estos temas, te recomendamos leer con precaución.

Flashback

Esa noche hace tres, el bosque estaba sumido en un caos de gritos, disparos y el continuo crujido de ramas quebradas bajo el peso de cuerpos en plena batalla. Los cazadores avanzaban con brutalidad, disparando indiscriminadamente, sus armas resonando en la penumbra, mientras los hombres lobo corrían por sus vidas, sus rugidos desgarradores mezclándose con el sonido de los disparos.

Mingyu, un Beta que había estado defendiendo su manada cuando sus ojos se posaron en una cazadora que se movía con una precisión mortal entre los árboles, el aroma de la muerte la rodeaba con un gruñido feroz, se lanzó hacia ella y en cuestión de segundos, la cazadora había perdido su ballesta, la cual voló por los aires al primer golpe del Beta, pero aquella mujer no era ninguna novata y con una destreza fría, esquivó cada intento de golpe del hombre lobo, sus movimientos calculados casi precisos.

El Beta, cegado por la rabia continuaba atacando, sus garras cortando el aire con silbidos amenazantes, cada vez que lanzaba un golpe, la cazadora lo esquivaba con una elegancia mortal, haciendo que el lobo fallara una y otra vez.
El lodo bajo sus pies se teñía de la sangre roja mientras otros hombres lobo y cazadores caían en el campo de batalla, gritos de dolor llenaban el aire.

En un descuido, Mingyu vaciló, con un grito furioso la mujer le propinó una patada en el costado, lanzándolo varios pasos hacia atrás, cayó pesadamente al suelo con su cuerpo resintiendo el impacto, la fuerza de su respiración disminuyendo por la fatiga y antes de que pudiera reaccionar, sintió el frío metálico de la ballesta apuntándole directamente al pecho.

El disparo resonó en el aire como un trueno, la flecha atravesó la carne de Mingyu, rompiendo huesos y perforando músculos con un ruido sordo; el Beta dejó escapar un gruñido desgarrador sintiendo cómo su pecho ardía y sus entrañas se incendiaban por el contacto con el acónito en la punta de la flecha aquel líquido espeso, de un negro denso y viscoso comenzó a salir de la herida cubriendo su torso en un patrón grotesco mientras la vida escapaba lentamente de él.

Mingyu se retorcía en el suelo tratando de levantarse, sus garras clavándose en la tierra húmeda mientras luchaba por mantener el control, pero el veneno corría rápido por sus venas debilitando sus extremidades, la sangre oscura continuaba fluyendo, pegajosa y nauseabunda empapando el suelo a su alrededor; el dolor lo cegaba y cada respiración era un tormento, la cazadora, con una sonrisa torcida, se acercaba a él, lista para rematarlo.

Cuando estaba a punto de levantar su ballesta una vez más un rugido retumbante resonó en el aire y antes de que pudiera reaccionar, un segundo Beta, un compañero de Mingyu, se abalanzó sobre ella con una furia incontrolable, sus garras se clavaron directamente en su garganta desgarrando carne y cartílago en una explosión de sangre aquel líquido carmesí brotó en todas direcciones, salpicando la hierba y cubriendo la piel del lobo. La cazadora emitió un sonido ahogado y su cuerpo cayó inmóvil al suelo, con los ojos abiertos en una mirada vacía, su sangre roja fluyendo lentamente.

El Beta que la había matado emitió un rugido triunfal, pero el alivio no llegó a Mingyu ya que la sangre negra que salía de su pecho se extendía cada vez más, formando un charco bajo su cuerpo, el veneno hacía que cada latido de su corazón fuera más lento, más doloroso, con un esfuerzo sobrehumano, comenzó a arrastrarse por el suelo dejando un rastro oscuro y viscoso detrás de él.

Sus garras se hundían en la tierra mojada mientras se movía a duras penas, cada centímetro era un tormento, sus ojos se nublaban, la oscuridad avanzando en su visión y el mundo a su alrededor comenzaba a desvanecerse, las sombras danzaban en su campo de visión mientras sus músculos se volvían cada vez más inútiles.
Podía sentir el frío apoderándose de su cuerpo y el sabor amargo del acónito en su boca lo hacía desear que todo terminara pronto.

Amor Bajo la Luna ✦|Jicheol|✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora