Capítulo 3. El Beso que cambio todo.

0 0 0
                                    

•◦✿──────────
❝Pero un beso que no esperaba
El que todo lo terminó
Hizo mal cuando te callaba y me robo una explicación.❞
──────────✿◦•

El tiempo pasó y, a pesar de la nueva conexión entre Minho y Jisung, la vida en la industria del entretenimiento seguía siendo intensa y, a menudo, implacable. La presión de los ensayos, las presentaciones y las expectativas podía ser abrumadora. Sin embargo, para Jisung, los momentos con Minho eran su refugio, un espacio donde podía ser él mismo sin miedo a ser juzgado.

Una noche, después de un ensayo particularmente agotador, los miembros de Stray Kids se sentaron a descansar en el sofá común del estudio. Jisung había estado riendo y bromeando con sus compañeros, disfrutando de la luz que Minho traía a su vida. Sin embargo, a medida que la conversación avanzaba, una sombra pasó sobre el rostro de Minho.

Jisung lo notó de inmediato. —¿Está todo bien, Minho? —preguntó con preocupación, deseando que no hubiera algo que lo afectara.

Minho intentó sonreír, pero Jisung sabía que no era genuino. —Sí, solo estoy cansado. Tal vez un poco de estrés.

Jisung lo miró fijamente, sintiendo que algo más estaba sucediendo. La tensión en el aire era palpable. A medida que los demás miembros se reían y disfrutaban, Jisung se sintió cada vez más inquieto. Él quería ser la calma que siempre había prometido ser para Minho.

Esa noche, después de que todos se fueron a casa, Jisung se encontró sentado en el mismo sofá, esperando a que Minho también se marchara. Al final, Minho se quedó solo, recogiendo algunas cosas.

—Minho, podemos hablar un momento? —dijo Jisung, su voz un poco temblorosa.

El chico mayor se volvió, sorprendido, pero asintió. —Claro. ¿De qué quieres hablar?

Jisung se sintió nervioso, dudando en exponer sus sentimientos. Pero, tras un momento de silencio, se armó de valor. —He notado que algo te preocupa. No tienes que cargarlo solo. Estoy aquí para ti.

Minho bajó la mirada, como si estuviera sopesando sus palabras. Finalmente, suspiró. —A veces creo que no estoy haciendo lo suficiente, que no solo como miembro del grupo, sino también como amigo.

Jisung no pudo evitar sentir su corazón acelerarse. —Pero eres increíble, Minho. Nos inspiras a todos.

Minho rió suavemente, pero su risa no tenía alegría. —Pero un beso que no esperaba. El que todo lo terminó. Hizo mal cuando te callaba y me robó una explicación.

La confesión de Minho cayó como una losa. Jisung sintió que su estómago se apretaba. —¿Qué quieres decir?

—Desde que te besé, me he estado preguntando si he cruzado una línea. No quiero que esto afecte nuestra amistad ni tu vida en el grupo. Si mi beso fue un error, no puedo dejar que eso interfiera contigo.

Jisung se sintió abrumado por la confusión. —¿Pero qué hay de lo que sentimos? No podemos simplemente ignorarlo.

Minho se pasó una mano por el cabello, frustrado. —No se trata de ignorarlo. Pero hay tanto estrés, tantas expectativas. Y si esto no funciona, si terminas sufriendo... no quiero ser el culpable.

Jisung sintió que el nudo en su pecho crecía. Aunque Minho tenía una buena intención, también le dolía escuchar esas palabras. —No creo que un beso, algo tan sincero, sea algo que deba esconderse. Así que, ¿por qué no peleamos por ello en lugar de renunciar antes de intentarlo?

Las palabras de Jisung resonaron en el aire. Minho lo miró, sorprendido, sus ojos llenos de conflictuados sentimientos. —¿Estás seguro, Jisung?

—Sí. Estoy seguro. Quiero intentar construir algo contigo, no solo por lo que somos ahora sino por lo que podemos llegar a ser.

Minho dio un paso hacia Jisung, la determinación en su mirada creciendo. —Entonces, ¿por qué no lo hacemos juntos? Pero, por favor, hablemos de esto. No me dejes callado, no me robes las explicaciones que necesitamos.

Jisung sintió que la esperanza comenzaba a florecer en su corazón. —Te prometo que no lo haré. Haremos esto juntos, así que, por favor, comparte tus temores conmigo. Estoy aquí para ti.

El ambiente entre ellos comenzó a cambiar nuevamente, el miedo se desvanecía y la conexión que habían forjado cobraba fuerza. Minho respiró hondo, sintiéndose más ligero. La calidez de las palabras de Jisung lo envolvía, y de repente, el peso de sus dudas comenzó a desaparecer.

—Entonces, digamos que hacemos esto. Pero de una manera diferente, sin secretos, sin esos silencios que nos han hecho daño —dijo Minho, buscando la mirada de Jisung.

—Exacto. Quiero que podamos hablar de todo —respondió Jisung, sintiendo que sus propios miedos se desvanecían. —Si algo te preocupa, ya no tienes que cargarlo solo.

La sonrisa que comenzó a formarse en los labios de Minho iluminó su rostro. El brillo en sus ojos volvió, y eso hizo que el corazón de Jisung se sintiera cálido y esperanzado. Sin embargo, la sombra del pasado seguía acechando, y Jisung sabía que debían hablar sobre lo que sucedió en el estudio antes.

—Pero Minho… hay algo más que quiero decirte —comenzó Jisung, sintiendo una mezcla de nerviosismo y determinación al mismo tiempo. —No solo quiero que me hables de tus miedos. También quiero que sepas que estoy aquí para ti, no importa qué. Mi vida ha sido mejor desde que te tengo a mi lado.

Minho lo miró fijamente, su expresión sincera. —Lo sé, Jisung. Cada día contigo es único y especial. Pero también tengo que ser honesto acerca de mi propio miedo a perderte.

Jisung sintió un escalofrío recorrer su espalda. —No me perderás. No si ambos peleamos por esto. Porque, al final del día, lo que tengo contigo vale la pena luchar.

Las palabras de Jisung resonaron en el estudio, llenando el espacio de una seguridad renovada. Minho dio un paso más cerca, sintiendo la electricidad entre ellos. Jisung pudo ver una chispa de determinación en sus ojos, un nuevo entendimiento.

—Entonces, ¿qué sigue? —preguntó Minho, su voz suave pero firme.

—Sigamos explorando esto juntos. Y no ocultémoslo; si sale bien, entonces será maravilloso, y si no, al menos habremos intentado todo.

—Todo suena muy bien, y estoy de acuerdo en que no debemos callarnos. Pero quiero hacer algo más. —Minho tomó las manos de Jisung entre las suyas, sintiendo el calor de su piel. —No quiero que solo se quede en un beso o en palabras. Quiero que esto se convierta en algo real, con momentos y experiencias.

Jisung sonrió, sintiéndose emocionado. —Entonces hagamos un trato: por cada vez que sientas dudas o ansiedad, haremos algo. Baila, canta, o simplemente hablemos en lugar de guardarlo dentro.

—Me gusta eso —dijo Minho, su sonrisa iluminando su rostro. —Y prometo que no te callaré más.

Ambos se rieron, aliviados de que el nudo de sus corazones comenzara a deshacerse. En ese instante, el futuro se sintió brillante y lleno de promesas. Pero, antes de que pudieran avanzar, un recuerdo los alcanzó.

—Oh, y tenemos que ser cuidadosos —recordó Jisung, su tono más serio. —No quiero que esto afecte al grupo.

—Lo sé —respondió Minho, asintiendo. —Pero creo que, si hablamos abiertamente, haremos que todo sea más fuerte. Puedo sentirlo, Jisung. Lo que sea que construyamos, lo haremos como un equipo.

Jisung sintió una oleada de felicidad al escuchar esas palabras. —Entonces, hagámoslo. A partir de hoy, seremos honesto el uno con el otro, sin reservas.

A medida que se abrazaban, dejaron que la calma reinara en sus corazones, un nuevo capítulo comenzaba para ellos. Con el tiempo, aprenderían a caminar juntos, a lidiar con los desafíos, las inseguridades y las alegrías que la vida les presentaba. Pero una cosa era segura: no estarían solos.

Mientras el mundo exterior continuaba girando, en su burbuja de amor y amistad, Jisung y Minho se prometieron que su historia no solo sería de momentos complicados, sino de risas compartidas, sueños cumplidos y, sobre todo, del poder de un beso que los llevó a este nuevo comienzo.

•◦✿ ℭ𝔬𝔫𝔱𝔦𝔫𝔲𝔞𝔯𝔞́ ✿◦•

11 BESOS ⋆ MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora