11 BESOS ⋆ MINSUNG

Capítulo 6. El Eco del Olvido

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❝Me sobra tu olvido
Y sentirme vivo con otros besos
Le pido a Dios❞
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El cielo se tornaba gris en Seúl, como si la ciudad misma sintiera el peso de la inminente despedida. Jisung caminaba por la calle, su corazón pesado con una mezcla de nostalgia y tristeza. Había sido un año desde que él y Minho decidieron que su amor podía sobrevivir a las presiones externas, y aunque habían navegado aquellas aguas complicadas con valentía, la tormenta finalmente había llegado.

La fama y la presión comenzaron a llenar los espacios entre ellos. Con cada entrevistador que hacía preguntas sobre su relación, con cada fan que opinaba sobre su vida amorosa, el ruido exterior se volvía cada vez más ensordecedor. Al principio, lucharon juntos, pero con el tiempo, las conversaciones que solían fortalecer su vínculo se convirtieron en discusiones fruitivas.

Jisung había visto cómo Minho se encerraba en sí mismo, lidiando con sus propios miedos y frustraciones mientras se sentía impotente para ayudarlo. Las noches, que alguna vez estaban llenas de promesas y risas, comenzaron a verse ensombrecidas por silencios incómodos y miradas perdidas.

Una tarde, decidieron dar un paseo por el parque, un intento de recuperar la conexión que sentían perdida. Sin embargo, Jisung sabía que algo pesado se cernía sobre ellos. Mientras caminaban, los recuerdos de los momentos felices serpeaban por su mente, antes de verse consumidos por la tristeza del presente.

—¿Te has dado cuenta de cómo todo ha cambiado? —preguntó Jisung, rompiendo el silencio.

Minho se detuvo, mirando al suelo. —Lo sé. Siento que estamos luchando contra el viento, y no sé si tengo fuerzas para seguir.

Jisung sintió que una parte de su corazón se rompía. —Yo tampoco quiero perder lo que tenemos, pero siento que nos estamos alejando. La presión, las expectativas... A veces es abrumador.

—Quizás deberíamos dejarlo ir —respondió Minho, sus palabras saliendo como un susurro. —Quizás sea lo mejor para ambos.

Un silencio pesado se apoderó del momento. Jisung sintió como si el mundo se detuviera, y las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos. —¿Cómo puedes decir eso? Todo lo que hemos construido, todo lo que hemos luchado juntos…

—Hay un límite, Jisung. Y siento que hemos llegado al nuestro. —Minho lo miró, sus ojos llenos de tristeza. —Me duele más de lo que puedo expresar, pero creo que ya no existe un camino que seguir.

Jisung respiró hondo, tratando de encontrar la fuerza en medio de su dolor. —¿Puedes prometer que esto no es un adiós definitivo? Que hay una posibilidad de que, con el tiempo, podamos encontrar nuestro camino de vuelta el uno al otro?

Minho tomó la mano de Jisung, con un gesto lleno de cariño, pero también de resignación. —Lo siento, Jisung. Me sobra tu olvido y sentirme vivo con otros besos. Ya no puedo ni quiero vivir con esta lucha constante. Le pido a Dios que entiendas que esto es lo mejor.

Las palabras de Minho resonaron en su corazón como un eco doloroso. Jisung sintió que el mundo se desvanecía a su alrededor. No había muchas opciones, y la realidad de su situación comenzó a calar hondo.

—Si es lo que deseas... —susurró Jisung, sintiendo que algo dentro de él se quebraba. —Pero, por favor, no olvides lo que compartimos.

Minho lo miró a los ojos, y en ese instante, ambos sintieron que estaban en la frontera entre el amor y el adiós. En un movimiento lento, Jisung se acercó y lo abrazó, a pesar del frío que comenzaba a inundar su corazón. Así se despidieron, en un abrazo que contenía más amor del que las palabras podrían expresar.