⊱🎃⊰ Jungkook y Taehyung, dos veinteañeros adictos al trabajo y aparentemente comunes, comparten un departamento en la vibrante Seúl. Sin embargo, ambos guardan secretos que jamás han compartido... ni siquiera entre ellos.
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𝙎𝙖𝙗𝙚𝙨...
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El suave murmullo de la música resonaba en el fondo mientras Jungkook revisaba su imagen en la pantalla de su teléfono. La luz suave del anillo iluminaba su rostro, destacando su piel impecable, sin una sola imperfección. Levantó una brocha pequeña con cerdas suaves, mostrándola a la cámara y aplicó una última capa de sombra para terminar con el maquillaje de los ojos.
—Y para finalizar...—. dijo mientras sostenía un gloss en su mano .—, nunca subestimen lo importante que es mantener los labios hidratados. Con este clima de octubre, los labios partidos pueden ser algo muy doloroso. Los labios secos no son nuestros amigos, y con nuestro Stay Gold Gloss van a mantenerse brillantes y suaves durante todo el día.
Aplicó una capa ligera sobre sus labios. Su boca se curvó en una sonrisa, mientras giraba el rostro ligeramente hacia la izquierda, luego hacia la derecha, mostrando el acabado suave y natural desde diferentes ángulos.
—Ahora, recuerden, menos es más. Lo bueno de este gloss es que no necesitan mucho para un acabado perfecto. Pueden usarlo solo o encima de su labial favorito —dijo, guiñando un ojo a la cámara.
Con su característica sonrisa dulce, Jungkook miró directamente a la cámara antes de terminar su video.
—Recuerden, stay gold, chicos. Hasta la próxima.
Apagó la cámara con un toque, y se relajó en la silla, estirando los brazos. Sus hombros se relajaron mientras movía el cuello en círculos para liberar la tensión acumulada. Aunque disfrutaba hacer contenido, grabar tutoriales podía ser agotador. Sin embargo, cada esfuerzo valía la pena, sobre todo ahora que tenía su propia línea de cosméticos. "Golden Kook", su canal, estaba en su mejor momento y Jungkook tenía claro que no era momento de parar.
Se levantó y salió de su habitación, cruzando el pasillo hasta la sala, con los pies cubiertos solo por sus calcetines negros afelpados. A lo lejos, el aroma cálido de especias de otoño parecían llamarlo. El aroma a canela, jengibre y calabaza lo envolvió, haciéndolo sonreír. "Ah, perfecto", pensó Jungkook mientras se lamía los labios, ansioso por su bebida otoñal favorita.
La sala era su lugar favorito del departamento, luego de su habitación. Los muebles eran "vintage" (otra forma de decirle a todo lo que compras por casi nada), había una enorme alfombra en tonos tierra que Jungkook decía detestar, plantas descuidadas en macetas pintadas a mano, un estante lleno de discos de vinilo y las paredes decoradas con pósters antiguos. Y la pieza central, el icónico sofá verde olivo que parecía haber sobrevivido a incontables mudanzas.
Apenas se había sentado en el gastado y gran sillón frente al televisor, Taehyung apareció desde la cocina cargando una bandeja con dos tazas humeantes. Vestía una camiseta holgada de manga larga manchada de tinta —probablemente debido a algún dibujo reciente—, y unos pantalones deportivos colgaban descuidadamente de sus caderas. En sus auriculares, aún resonaban los últimos acordes de una melodía de jazz, que apagó mientras se quitaba los audífonos y los dejaba sobre la encimera.
