ˢᵒᶠᵗ 𝙨𝙥𝙤𝙩. Taekook_seson¹

ᴱᵖⁱˢᵒᵈⁱᵒ ⁷: ᴰᵉˡ ᵈⁱˡᵉᵐᵃ ᵈᵉ ˢᵃˡⁱʳ ᵈᵉ ˡᵃ ᶠʳⁱᵉⁿᵈᶻᵒⁿᵉ

Namjoon y Jin caminaban por el corredor del piso de Jungkook, sus pasos resonaban sobre el suelo de madera. Jin cargaba una bolsa de papel con el logotipo de su restaurante, que dejaba escapar un delicioso aroma de platillos dulces y calientes. Había hotteok recién hechos, panqueques rellenos de azúcar moreno y canela, patbingsu, gyeranppang, y danpatjuk.

Namjoon detrás de él, caminaba distraído con su teléfono en una mano y un café en la otra, revisando un mensaje con el ceño fruncido.

—Dohyung sigue molesto porque vine aquí en lugar de aprovechar mis horas libres para estar a su lado. Pero creo que es una acusación bastante injusta cuando yo nunca me quejo cuando cancela para estar con sus amigos — su voz delataba frustración y resignación.

Levantó la mirada lo justo para evitar chocar con Jin, pero no lo suficiente para notar el pequeño escalón frente a la puerta del departamento de Jungkook.

—¡Argh! —gritó cuando tropezó torpemente, sosteniéndose la rodilla y manteniendo el equilibrio con esfuerzo—. ¿Por qué siempre me pasa esto?

Jin rió abiertamente mientras trataba de no dejar caer la bolsa de comida.

—¿Alguna vez vas a aprender a caminar y usar el teléfono al mismo tiempo, Joonie?— dijo, divertido—. Además, en tu defensa ante Dohyung, ¿cómo ibas a decirle que no a mi comida y a un buen chisme Taekook?

Jin tocó el timbre del departamento con una sonrisa. La puerta se abrió y Jungkook los recibió... en pijama. Namjoon y Jin intercambiaron miradas de sorpresa. Y no, no es que Jungkook no gozara del legítimo derecho de cualquiera a estar cómodo en casa, pero es que no era propio del menor. La pijama era de algodón, negra y con estampados de estrellas, sus pies cubiertos con calcetines de felpa negros, y su cabello atado en un chongo. Aún en su aspecto más hogareño, Jeon Jungkook lucía tan lindo como de costumbre.

—Mira que tenemos aquí. Jamás te había visto en pijama a media tarde. Entonces es cierto que el amor hace que uno actúe diferente. Pero te sienta bien, Kook—dijo Jin con una sonrisa burlona, levantando una ceja mientras analizaba a su amigo de pies a cabeza.

Jungkook frunció el ceño mientras se hacía a un lado para dejarlos pasar.

—¡Yo no...! —pero al ver las miradas de sus amigos, dejó caer los hombros con resignación—. Bueno, tal vez un poco...

Namjoon y Jin se miraron entre sí y rieron mientras entraban al departamento. Fue y al mismo tiempo no, una sorpresa notar ciertos detalles. Había ramos de rosas rojas en varios lugares de la casa, en el sofá conejos de peluche de distintos tamaños. Por toda la casa, había pequeñas notas con frases cursis escritas con caligrafía torpe pegadas en lugares como el refrigerador, la puerta de la habitación de Jungkook, e incluso en el televisor.