El otoño comenzaba a adueñarse de la ciudad, y las primeras decoraciones de Halloween se veían en algunas tiendas, ambientando a los transeúntes para las próximas festividades. Las calles ya empezaban a ser cobijadas por un manto de hojas caídas, dejando sin lugar a dudas que octubre había llegado.
En una cafetería, de esas que son rincones íntimos y escondidos de las grandes metrópolis, la cámara se detendría (si esto fuera una serie de televisión) y enfocaría a las grandes ventanas enmarcadas por cortinas gruesas y pesadas que dejaban entrever el interior. Dentro, el lugar estaba impregnado de la suave luz de lámparas colgantes que emitían un resplandor dorado. Las paredes de ladrillo expuesto estaban adornadas con fotografías en blanco y negro de la vieja Seúl. Mesas de madera oscura se esparcían sin un orden aparente, muchas de ellas ocupadas por estudiantes que trabajaban en sus laptops, parejas bebiendo tazas de té, o solitarios lectores que se refugiaban del ambiente otoñal.
En uno de los rincones de la cafetería, sentado en un sillón de terciopelo verde oscuro que se hundía ligeramente bajo su peso, estaba Jungkook. Su postura recta, pero relajada, emanaba una elegancia natural, una gracia que parecía innata en él. El conjunto de ropa otoñal que llevaba —un suéter color vino y unos pantalones ajustados negros— realzaba su figura. Aunque había salido directamente de una sesión de fotos, parecía que no le había costado esfuerzo verse impecable. Frente a él, una taza de latte de calabaza medio vacía era ignorada mientras veía su teléfono. Revisaba distraídamente, deslizando por la pantalla y pasando por una de sus selfies más recientes, la que había enviado a Tae al salir del departamento. No pudo evitar una pequeña sonrisa al recordar el mensaje lleno de emojis que su amigo le había enviado como respuesta. Y es que si a alguien podía considerar su fan número uno, ese era Tae.
Antes de que pudiera seguir viendo su galería, la puerta de la cafetería se abrió de golpe. Un aire fresco se coló en el lugar, haciendo que las hojas de algunos papeles en la barra revolotearan por segundos. Dos figuras familiares entraron. Jin, quien se quitaba unas gafas de sol innecesarias para un día nublado, y Namjoon, quien, como siempre, parecía estar peleando con alguna prenda de ropa. Esta vez, era una bufanda que no se decidía a soltarlo.
—Precioso y refinado como siempre, Kook —dijo Jin, sentándose frente a Jungkook con una sonrisa que iluminaba la sala—. Sería genial si pudieras darle la mitad de tu delicadeza a nuestro pobre Joonie. Parece que terminará muriendo ahorcado por una bufanda y no por su ex.
Jungkook esbozó una sonrisa divertida, levantando una ceja mientras miraba a su amigo y luego a Namjoon, quien seguía forcejeando con la bufanda.
—Déjame adivinar, ¿volviste a quedarte hasta tarde dando tutorías y te olvidaste de una cita con Dohyun?— Jungkook no estaba sorprendido por una más de las rupturas en la inestable relación de Namjoon.
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ˢᵒᶠᵗ 𝙨𝙥𝙤𝙩. Taekook_seson¹
Romance⊱🎃⊰ Jungkook y Taehyung, dos veinteañeros adictos al trabajo y aparentemente comunes, comparten un departamento en la vibrante Seúl. Sin embargo, ambos guardan secretos que jamás han compartido... ni siquiera entre ellos. ____⊱🎃⊰____ 𝙎𝙖𝙗𝙚𝙨...