ᴱᵖⁱˢᵒᵈⁱᵒ ²: ᴱˡ ᵈⁱˡᵉᵐᵃ ᵈᵉˡ ᵈⁱᵉⁿᵗᵉ.

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El aire acondicionado del camerino, los focos pequeños que bordean el espejo y su maquillaje acomodado sobre el tocador hacían sentir a Jungkook en su ambiente. Llevaba una camisa de seda negra y unos pantalones ajustados de un gris claro, algo acorde para la ocasión. Se inclinó hacia adelante, aplicando una capa de corrector en su rostro con una precisión casi obsesiva. Era necesario. El maquillaje para él estaba destinado a ocultar cualquier indicio de "no humanidad" en su persona. Todo debía ser perfecto, no podía permitir que nada fallara. Pero, por más que quisiera enfocarse en su apariencia, no pudo evitar lanzar una mirada furtiva a su reflejo y, con un gesto de fastidio, tocar sus labios. Sus colmillos rebeldes de octubre.

—¡Genial! —murmuró, bajando la esponja de maquillaje y frunciendo el ceño al ver su reflejo. Su mirada cayó sobre su boca, donde sus colmillos se resistían a ser completamente retraídos—. ¿Podrían no hacerlo justo hoy? Solo por una vez. ¿Es mucho pedir?


Si había algo que le resultaba incómodo de octubre, era lo difícil que resultaba mantenerlos retraídos. Maldito mes de las energías místicas. Mientras en el resto del año podía pasar inadvertido con sus colmillos bien guardados, octubre se empeñaba en hacerle la vida más complicada, sacando de su control esos detalles vampíricos que tanto le costaba esconder. Y como si eso no fuera suficiente, era el mes en que más paranoico estaba todo el mundo en su "cacería de brujas", e irónicamente el mes cuando las campañas por los derechos de los seres sobrenaturales estaban en su punto más álgido. Entre protestas y debates sobre igualdad, el mundo se dividía entre aquellos que apoyaban la causa y aquellos que decidían seguir perpetuando los miedos infundados hacia lo no humano.


Y ahí estaba Jungkook, a punto de aparecer en una transmisión nacional como uno de los influencers más populares del momento. Iba a hablar sobre su trabajo y marca, pero lo que realmente lo había hecho aceptar esa entrevista, se debía a un individuo en particular. 


Desbloqueó su teléfono y el rostro familiar de Taehyung junto a él, apareció en la pantalla, ambos con las caras llenas de harina. Habían intentado cocinar rollos de canela hacía solo un par de días. Fracaso absoluto, claro, pero el desastre había sido tan divertido que no se quejaron cuando llegó la hora de limpiar.


Jungkook sonrió al recordar la risa cristalina de su Taehyungie , esa que hacía que todo lo demás pareciera menos complicado. Recordó por qué había aceptado la entrevista. Porque a pesar de la incomodidad de sus colmillos y la preocupación por que un detalle como ese delatara su identidad, no había declinado la invitación.


"Por él", pensó, observando la imagen. Vivir con Taehyung había cambiado su percepción de muchas cosas. Antes, los derechos de las criaturas mágicas le parecían... no insignificantes, pero sí lejanos. Como vampiro (y además uno de su nivel), vivía en un privilegio que lo blindaba de la parte del mundo más oscura y cruel. Los humanos respetaban su linaje, admiraban su elegancia, y los vampiros aprovechaban ese poder. Él nunca había pensado que el mundo fuera un lugar injusto. Pero después de tres años compartiendo su vida con un artista que dedicaba sus obras a las luchas sociales y los derechos igualitarios, Jungkook no podía seguir siendo indiferente al problema. Una furia sorda siendo desatada en su interior cuando Taehyung se había mostrado abatido, casi derrotado las últimas semanas, tras las continuas noticias sobre hombres lobo siendo cazados o asesinados.

ˢᵒᶠᵗ 𝙨𝙥𝙤𝙩. Taekook_seson¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora