𝘌𝘭 𝘵𝘳𝘢𝘵𝘰

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•𝗖𝘂𝗿𝘀𝗲𝗱 𝗸𝗶𝗻𝗴•

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«Haz algo por mí...» las palabras de Sukuna resonaron en tu cabeza. Aún no creías que fuese posible que él te pidiera un favor. Mucho menos que lo haya pedido de una forma tan... especial.

Aún podías sentir el aroma amaderado de su perfume, la calidez de su cercanía y sus dedos recorriendo tu rostro. Dioses. No podías parar de pensar en ello durante los días posteriores a su charla. Ni siquiera los parloteos de Yuuji y su exquisito curry pudieron evitar que Sukuna permaneciera dentro de tu mente.

Luego de ese momento, Sukuna te dijo que te avisaría cuando necesitase cobrar dicho favor y, simplemente, se fue. Y tú yacías predispuesta a la espera de su llamado.

Un alumno de primer año chocó contra ti, y no pudiste evitar que el pobre se deshaga en lamentos por el suceso aunque esto no fuese su culpa. Tú eras la que iba distraída, por supuesto.

—Parece que andas mal —comentó una voz que conocías a la perfección.

Te volteaste, regalándole una sonrisa apenada. Ella meneó la cabeza en respuesta, acercándose a ti hasta que pudiste divisar el color avellanado de sus ojos detrás del marco de sus gafas.

—Sí —comentaste —. La verdad es que necesito una distracción urgente.

Ella elevó sus manos hasta su cabeza y apretó la coleta que sostenía su cabello verdoso.

—¿Quieres ayuda con eso?

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Caíste a su lado, roja y empapada de sudor. Las hebras de tu cabello se adherían a tus mejillas y tus pulmones luchaban por recuperar la respiración.

—Dioses, Maki —soltaste entre jadeos —. Tal parece que quien realmente necesitaba distraerse eras tú.

Ella solo volteó los ojos, levantándose con la intención de ponerse su bata. Ya con el cuerpo cubierto, volvió hacia ti. Tú solo te pusiste de lado, esperando por la razón por la cual estabas allí.

Maki y tú eran amigas con ciertos beneficios. Se habían conocido en la preparatoria, cuando ella estaba en segundo año y tú en primero. La chispa surgió al instante; te gustaba su rudeza y a ella le encantaba tu compañía. Comenzaron a compartir momentos juntas hasta que una noche, en una pijamada, simplemente sucedió.

Maki estaba en camino de convertirse en una experta en todo tipo de artes marciales. Desde que la conociste, la habías visto pelear incontables veces, e incontables veces se ofreció a enseñarte.

«Que paliza tan estrepitosa me dio ese día...»

Con el tiempo llegaste a creer que desistiría. Sin embargo, a la larga decidieron que tendrían encuentros sobre defensa personal de vez en cuando. En ese momento, se encontraban en el pequeño gimnasio de la universidad, sobre una de las colchonetas; tú cansada por la sesión, Maki como si esa última hora no hubiese sido más que caminar unas cuantas manzanas.

Maki tomó su vape e inhaló el humo de este y lo soltó poco a poco antes de comenzar.

—Yuta.

Suspiraste con pesadez.

«Aquí vamos...»

—¿Qué pasa?

Maki solo se encogió de hombros.

—Es que no lo entiendo.

—¿Qué es lo que no entiendes?

𝗖𝘂𝗿𝘀𝗲𝗱 𝗸𝗶𝗻𝗴 ® ||  ryomen sukuna (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora