☆ONCE☆

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  - ¿Ese era tu plan al traer esa mujer aquí?- la voz de Kagome sonaba acusadora.

  - ¿Estás loca? Mi madre la envió para controlarme. Quiere vender las acciones de tu querido esposo, nada que puedas controlar..- El enojo de Sesshomaru al responder era más que evidente.

  - En el centro comercial dijiste que no lo harías. Que tus acciones no estaban a la venta ¿Acaso si piensas hacerlo? Trabajé tanto en esta empresa, sus familias...- sin querer comenzaba a quebrarse.

  - No..no llores. No puedo con eso.- tomó aire y armandose de paciencia se sentó a su lado en la enorme cama matrimonial -Escucha, para que nos entreguen las acciones debemos cumplir con esa cláusula que dejó Inu No Taisho, mi plan al venir aquí era venderlas inmediatamente y retomar mi vida en América cómo siempre.. - Kagome lo miraba atenta.

  - Mi madre es..¿como explicar?...¿algo difícil?- expresarse no era su fuerte claramente 

Suspiró y siguió hablando..

  - Ella ha tenido una vida bastante extravagante y negocios algo turbios y lo único que pretende es que venda las acciones que me quedaron, estaba de acuerdo..hasta que te conocí..-

El silencio se prolongó por unos segundos hasta que fue la azabache quien se animó a apoyar su mano sobre el muslo del hombre quien no dejaba de mirarla a los ojos.

  - ¿Es cierto eso? ¿Porqué no las venderías luego de todo este proceso?-

  - Porque me gustas mucho- admitió sin expresión en su rostro.

No quedó claro quién acortó la distancia entre uno y otro pero el beso era el más intenso que se habían dado hasta el momento sin dudas.
Sus lenguas incluidas batallaban evidenciando la necesidad de ambos , Kagome tomó las riendas quedando a horcajadas sobre él, quien gustoso se dejó guiar hasta quedar acostado con el menudo cuerpo sobre el suyo.
Las manos masculinas palpando todo a su alcance parecía no bastar para clamar la sed de lujuria que había despertado desde el inicio del beso..

  - Ahh..Sessh. Te necesito..- gadeo la morena casi arrancando su ropa.

  - A mi me gustas, y tu me necesitas..no me parece justo..- sonrió volteando la mujer como si fuera una pluma.

Quedando encima de ella y a su merced, se perdió entre la humedad de su entrepierna lamiendo y mordisqueando por doquier, robándole quejidos y mil palabras que no supo entender... Kagome parecía ebria, ebria de él, de su perfume y en su cabeza se autoproclamó adicta a la piel de adonis que le practicaba sexo oral como si su vida perdiera de ello.
Un orgasmo llegó destruyendo su poca coherencia y entre alaridos y espasmos, Sesshomaru se atrevió a llegar más lejos aún, llegar a demostrarle cuan doblegada a él se encontraba..

  - Te follaré ahora mismo,Kag...-su áspera voz llenó los oídos de la azabache como una dulce melodía.

  - Por..favor...- rogó, rasguñando su espalda en respuesta.

  - ¿Lo quieres?- mientras deslizaba su pene más que listo entre sus labios vaginales lubricando su glande para entrar.

  - Sesssh- protestó ella.

  - ¿Lo quieres aquí...?- la pregunta era obvia, era irónica y ponía a prueba su autocontrol que era obvio, habría perdido en su primer clímax.

Ella solo asintió, sintiéndose derrotada. Pensó por breves momentos que su marido se estaría revolcando en su tumba, y ella a su vez en la que una vez fue su lecho con su propio hijo... la culpa se desvaneció apenas sintió el enorme miembro entrar de una estocada en ella, jurando que la partiría a la mitad, perdió el juicio una vez más y el juego de Sesshomaru seguía.

  - Dímelo, dime que te gusta y que soy mejor que él, nena-

Kagome creyó enloquecer. Descarado. ¿Como podía pedirle algo así?.
Lo miró enojada pero nuevamente perdió el rumbo al sentir como su clitoris era estimulado mientras las penetraciones aumentaban de velocidad.

  - Dímelo!- escucharlo tan demandante y tan sexy sobre ella, perlado por el sudor terminó por decidir mandar todo al carajo.

  - Me gusta! Me encantaaa!- exclamó con sus mejillas sonrojadas

  - ...¿Y...?- la intensidad de la estocadas iba disminuyendo.

  - Mierda Sesshomaru!! Fóllame! Eres mejor que Inu No!! Eres el mejor!!- prácticamente gritó a los cuatro vientos.

Orgulloso con su respuesta, el peliplata la satisfació hasta llevarla a la locura ida y vuelta.
Kagome terminó cabalgando como una desquiciada sobre el duro mástil después de varios orgasmos simultáneos, aunque estaba cansada no podía parar, no quería.

  - Nena, eres magnífica..-
  - Sigue así.. -
  - A partir de hoy te follaré en esta cama, todos los días.-

Confesiones como aquellas la hacían balancearse con frenesí. Para cuando Sesshomaru terminó dentro de ella, la posición era igual, solo que estaba invertida. Dándole la espalda a el, terminó por acabar por última vez y  rendida se dejó caer sobre sus perfectos pectorales.

  - Lo dije en serio Kag, me gustas mucho-

Ella buscó sus labios nuevamente, entregándose a cualquier sentimiento que quisera abordarla. Sesshomaru no solo se había colado en su cama...

Desde otra perspectiva, por los ruidos que interrumpieron su sueño, Rin apoyada sobre el marco de la puerta, observaba con recelo la escena previa al finalizar el acto.
Las grandes manos de Sesshomaru perdiéndose entre el cuerpo de Kagome, los gemidos de ella dejando claro que gozaba como jamás había experimentado antes, el sonido de la cama por el baile de ambos amantes en sincronizados..
Una ola de celos y calor recorrió su cuerpo, tuvo envidia de la mujer que ahora estaba en lo que fue su lugar, sabía perfectamente que Taisho solo la usaba, es más se lo habría dejado claro muchas veces antes pero le fue inevitable percibir como con ella era diferente. Las palabras que le susurraba, la vehemencia de sus caricias...
Por otro lado, su entrepierna ardía de ganas por tomar el lugar de la azabache, y mientras observaba no evitó colar una mano entre su ropa interior, al mismo tiempo que también veía a su rival y descubrir que tenía ella de diferente.
Sin dudas era hermosa, su piel era blanca sin imperfecciones, sus medidas no eran para nada exuberantes pero si totalmente perfectas, su rostro angelical con la expresión de lujuria plasmanda en él, no daba más que ver que esa mujer era casi angelical.

La sorpresa fue mayor al recuperar el aliento, mientras se masturbaba con urgencia y llegar al orgasmo en pocos minutos, como una maldita miróna..

  -Ohh..ahhhh, Kago..me..- aclamó más que perpleja.

Avergonzada, corrió a su habitación y se encerró allí hasta poder volver a conciliar el sueño.
No fue más fácil cuando tuvo que desayunar junto a la melosa pareja que sin disimulo se emanaban filosas miradas de deseo. Estuvo a punto de salir corriendo,pero fue la misma Kagome que le preguntó ante su silencio y postura incomoda.

  - ¿Dormiste mal, Rin? ¿Te sientes bien?-

¿Porqué le importaría a esa mujer su bienestar, si ella lo que quería era a Sesshomaru...? ¿O ya no?

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Capítulo un poco corto pero compensará el siguiente, así se va armando el drama 🤭😉

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