La Que No Arde || Jacaerys Velaryon

𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟻: 𝚂𝚎𝚌𝚞𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘

Daenyra no recordaba cuando fue la última vez que durmió tan profundo y mucho menos recordaba cuando fue que haya soñado otra cosa que no sea vea a su madre morir calcinada en sus brazos por las llamas de Vhagar. Esta vez durmió bien y soñó algo diferente, algo que jamás haya soñado antes.

En su sueño estaba caminando con tranquilidad en un lugar muy oscuro y helado, sus pasos iban avanzando hasta que se detuvo por sentir la nieve en sus pies, pero como era un sueño no sentía frío en sus pies descalzos. Seguía caminando en el bosque sin saber hasta dónde llegaría. Sin embargo, se detuvo otra vez al ver un muro gigantesco algo que jamás haya visto antes en su vida. De repente todo se puso oscuro, el bosque y la nieve habían desaparecido reflejando una luz muy blanca que mostraba la silueta de tres mujeres. No podía ver bien de quienes eran, las tres estaban caminando al ritmo de Daenyra y cuando ella caminó con ligereza para alcanzarlas las tres mujeres se iban alejando cada vez más.

Su sueño fue interrumpido por el ruido de una llave hacía la puerta de sus aposentos. Ella se levantó de su cama de un salto y corrió hacia la puerta para abrirla sin tener el éxito de abrirla.

—Que sucede? ¿Qué significa esto? ¡Ábranme! ¡Es una orden! —dijo Daenyra tratando de abrir la puerta, pateándola para derribarla, pero nunca pudo lograrlo.

Daenyra se acercó hacía la ventana de su habitación y pudo observar que en el patio de King's Landing había mucho movimiento, estaban inquietos. Algo andaba mal y ella lo sabía. No tuvo opción de vestirse y esperar a ver que estaría pasando. Caminaba de un lado a otro mordiéndose las uñas mientras se cortaba la cutícula pensando en todo lo malo que haya pasado, pensaba en su abuela Rhaenys que sin saberlo también la habían encerrado y por último pensó en Jacaerys, que la estaba esperando con ansias en Dragonstone.

Daenyra se acercó de nuevo hacía la ventana observando la altura que tenía planeando un escape algo suicida, podría salir mal pero no podía quedarse de brazos cruzados.

Mientras tanto Alicent tenía planeado algo para Daenyra, una duda que tenía hace muchísimo tiempo con respecto a la joven. El guardia que estaba del otro lado de la puerta la abrió dejando pasar a la reina. Daenyra se acercó a ella furiosa

—Que significa esto? ¿Por qué el indignante trato de esta mañana? —le preguntó Daenyra a la reina.

—Mis sinceras disculpas por la falta de ceremonia...—habló Alicent logrando que Daenyra entendiera a la perfección lo que ocurría, tragó saliva y miró hacia abajo para no quebrarse frente a ella

—Mi tío, el rey—dijo Daenyra y Alicent asintió con la cabeza— ¿Y por esa razón tuviste que encerrarme de esta forma tan descortés? ¿A mi abuela también la tienes encerrada? ¿Cuáles son tus intensiones?

—No creo que puedas entenderlo ni tampoco tu abuela, así que la mejor opción que tuve es esta. El último deseo de tu tío, mi esposo, fueron que Aegon sea el heredero al trono

—No, no te creo—dijo Daenyra caminando por sus aposentos pensando en lo que estaban a punto de hacer—Quieres usurpar el trono de Rhaenyra... —susurró

—Fue el deseo de tu querido tío. No tiene importancia si lo crees o no. Aegon será Rey y vine a pedir tu apoyo.

—Pues no la tendrás—dijo Daenyra segura de sus palabras—Si hay algo que no me falla, majestad, es la memoria. Recuerdo muy bien las veces que mi tío recalcó que Rhaenyra era la heredera al Trono. Quieras o no tendrás que aceptarlo si no quieres una guerra sangrienta donde todos van a morir.

—Estás amenazándome?

—No, es sólo una advertencia de lo que podría llegar a pasar.

—Se que tienes tus razones para no creerme, pero es así como lo pidió tu tío. Si no vas a arrodillarte frente a Aegon entonces... No tendré opción de tenerte aquí hasta que cambies de opinión—dijo la reina viuda alejándose, pero antes de abrir la puerta observó una vez más a Daenyra—. Ten consideración que te perdoné por tu amenaza, se que eres una joven muy fuerte Daenyra, se lo que eres y tu angustia por la muerte de tu madre—esas palabras hicieron que Daenyra abriera los ojos, sorprendida por lo que le acaba de decir Alicent