Shuffle of Love

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Cuando Bridget tenía quince años, inventó un baile para el día del baile del castillo. Había una canción que le gustaba mucho, y aprovechando sus habilidades en las cartas, había decidido presentar uno de los mejores shows que había hecho jamás.

Bueno, había quedado opacado con la historia de Cenicienta y su príncipe, pero eso era lo de menos, Ella había estado ahí para aplaudirle.

Si había algo que todo el mundo que estuvo en esa noche recordara de Bridget, sin duda, había sido su representación de "Shuffle of Love". Y Bridget estaba orgullosa de eso.

Bueno, a quien quería engañar, la verdad es que siempre se le iba el ego por las nubes cuando llegaba cualquier persona a decir que su presentación había sido asombrosa. Ella ya estaba harta de tenerla que regresar a la tierra, porque no dejaba de mencionarlo durante días.

Así que, cuando Red tuvo ocho años, y Bridget le regaló su primer mazo de cartas, lo primero que hizo, fue enseñarle a bailar esa coreografía. Bueno, la tuvo que modificar un poco para poderla completar con su hija, pero eso era lo de menos.

Red siempre había sido muy feliz de poder mostrar lo que era capaz de hacer con sus cartas, y si podía bailar al lado de su madre... Bueno, la cosa era todavía mejor.

Con el paso de los años, se convirtió en una tradición. Todas las familias reales lo sabían para este punto. Si había un evento que fuera informal, donde Bridget y su hija estuvieran invitadas... ellas iban a bailar esa coreografía.

Era el sello de la familia Hearts. No era una fiesta completa, si Bridget y Red no volvían a presentar juntas ese baile. Además, siempre estaban cambiando el truco final. A veces tiraban burbujas de corazones, a veces serpentinas... y cuando la Princesa de Corazones creció y se volvió aficionada de la pintura y los juegos pirotécnicos, el número musical terminaba con un espectáculo de fuegos artificiales, o con toda la realeza bañada en pintura.

Era algo tonto, tal vez. Pero todo en el país de las Maravillas era loco y sin sentido. No podías esperar que no sucediera algo como eso, cuando invitabas a los mayores representantes de ese país.

Y, en Auradon Prep, una de las cosas más importantes, así como uno de sus valores como institución, era la unión familiar.

Pero era difícil que una familia estuviera unida, cuando los alumnos estaban separados por más de seis meses. Por lo tanto, aunque el día de la familia era el más importante de todos, siempre estaban haciendo eventos para que los padres fueran a ver a sus hijos. El baile de Halloween no era nada formal, ni elegante. Muy por el contrario, tanto padres como hijos iban disfrazados de los que más quisieran.

Cuando era adolescente, Bridget adoraba esa celebración. Y pensó que sería un momento único entre su hija y ella, haciendo vestidos a juego y disfrutando de asustar a todos con bromas inofensivas con ayuda de la magia.

Pero, con todo lo que había pasado en los últimos meses, Bridget no había tenido el valor suficiente como para mandar otra carta a su hija, para ponerse de acuerdo con el disfraz.

Ni siquiera estaba segura de que su hija quisiera verla, para ese punto. Aun así, Bridget no era una persona que pudiera rendirse tan fácilmente, y menos si se trataba de su hija.

Enfrente de su espejo, intentó forzar una sonrisa y se puso algo de maquillaje para ocultar las ojeras que tenía en sus ojos. Había tenido que trabajar horas extra para poder terminar todo su trabajo a tiempo, y adelantar lo suficiente, como para poder ir a descansar a Auradon durante una noche.

Afortunadamente, el baile era de máscaras y no de cosplay, o entonces, todo el mundo notaría la distancia que había entre su hija y ella.

Y vaya, hasta hace un par de meses, el ideal de relación perfecta entre una madre y su hija era la que tenía la Reina de Corazones y su princesa. Y ahora... Parecía que eran el ideal de como ser una familia disfuncional.

Yo te amo, te amo || DescendientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora